NEUQUÉN (AN) - La batalla conjunta que realizan el gobierno provincial con el municipio y la Policía para frenar el expendio de alcohol fuera de horario y erradicar a los locales clandestinos, desbaratará el modo de vida de personas inescrupulosas que hacen lo imposible por permanecer dentro de un negocio que les arroja buenos dividendos.
La policía está realizando un seguimiento a distintos vendedores que no sólo no cuentan con licencia de comercio, sino que utilizan como fachada casas de familias desde las que expenden cerveza, vino y fernet a cualquier hora y sin importarles si se trata de menores o no.
Es así que se está documentando esta actividad ilegal con filmaciones y el trabajo de policías e inspectores encubiertos, que se acercan a las viviendas y aprovechan para observar el movimiento que realizan.
De acuerdo a los primeros datos de la investigación, que en días más será puesta a disposición de la Justicia, un comerciante de estas características al mes levanta más de 7.000 pesos en limpio, sin tributar nada.
Ese monto les permite mantener un cadena de informantes que les advierten por celular, señas o chiflidos la presencia cercana de la policía o los inspectores municipales.
Sólo el cálculo del negocio cervecero arroja números llamativos, según las fuentes vinculadas a la investigación.
La cerveza la compran bajo consignación a distintos mayoristas, lo que les permite adquirir la botella de una marca reconocida a unos 5 pesos , mientras que el cajón les queda en 60 pesos.
Obvio que hay marcas mucho más económicas que hacen el negocio más rentable.
De acuerdo a lo explicado por autoridades municipales que siguen de cerca el monitoreo que se les realiza a estos expendedores truchos, que están en casi todos los barrios y principalmente en la inmediaciones del río, por fin de semana comercializan unos 20 cajones de cervezas, sin contar el tráfico que tienen durante la semana.
La botella la comercializan entre 8 y 10 pesos por lo que durante el fin de semana se hacen de una ganancia neta que ronda los 1.200 pesos, lo que al mes les deja la nada despreciable suma de 4.800 pesos.
Los dividendos obtenidos no incluyen la venta de vino y fernet que incrementa mucho más los ingresos devenidos de la comercialización ilegal.
"Por mes se levantan en limpio más de 7.000 pesos sin hacer grandes esfuerzo, lo único que mantienen es a un par de soplones en las esquinas y dan aviso en el caso de que pase un móvil de la policía o del municipio", señaló la fuente vinculada al caso.
Las autoridades saben que la batalla contra estos negocios no será sencilla y por eso están documentando todo para que cuando lo entreguen a la Justicia.