BUENOS AIRES (DyN y DPA)- Dos vuelos con aviones Fokker traían en la madrugada de hoy nuevos contingentes de turistas argentinos que debieron ser repatriados luego de que un alud de Machu Picchu, Perú, los dejó aislados en la montaña. Los daños ese país por las intensas lluvias en los Andes centrales, que se concentraban básicamente en el departamento de Cusco, comenzaron a extenderse a otros departamentos, como Puno.
El Ministerio de Defensa informó ayer que un segundo vuelo del Fokker F-28 proveniente de la ciudad de Lima con otros 60 turistas argentinos evacuados de Machu Picchu llegaba a las 24 al sector militar del aeroparque metropolitano. Además, otros dos aviones un Hércules C-130 y un Fokker F-28 viajaron ayer rumbo a Lima para recoger a otros grupos de jóvenes turistas que permanecían en Perú imposibilitados de regresar tras perder sus vuelos por el alud. También indicó que se preveía tentativamente el arribo de un nuevo vuelo del Fokker-F28 con un tercer contingente de turistas a bordo para las 4 de la madrugada de hoy aclaró que "todos los horarios están sujetos a confirmación".
El viernes por la noche regresaron a Buenos Aires los primeros sesenta turistas evacuados de Machu Picchu, por lo que quedaban en Perú otros 550 viajeros. Asimismo, fueron repatriados los restos de Lucía Ramallo Sarlo, de 23 años, quien murió durante el aluvión del lunes.
Por otra parte, la situación en Perú no se resuelve. Las autoridades de ese país creen que el fenómeno, que dejó hasta ahora diez muertos -entre ellos la turista argentina- y alrededor de 100.000 damificados se pueda seguir extiendo, pues las lluvias no cesan y la capacidad de otros ríos y lagunas está por colapsar.
Según el gobierno regional de Cusco, en su jurisdicción hay casi 80.000 daminificados, unos 4.800 casas afectadas, de las que cerca de 3.000 quedaron totalmente inhabitables, y más de 16.000 hectáreas de cultivos dañadas.
En los primeros días de la tragedia, que empezó a manifestarse el domingo pasado, la atención se concentró en el rescate de más de 4.000 turistas, gran parte de ellos extranjeros, que quedaron varados en inmediaciones de la ciudadela inca de Machu Picchu. Todas esas personas ya fueron sacadas en helicópteros de la zona. Pobladores de caseríos cusqueños exigen que ahora se les preste atención a ellos, pues sus casas quedaron derrumbadas total o parcialmente y sus escasas pertenencias se fueron con las aguas.