Sábado 30 de Enero de 2010 > Cultura y Espectaculos
"Boluda total" se sube a las tablas
Fabio Alberti despliega su capacidad histriónica en un unipersonal. En la obra "Coty Nosiglia" cuenta su historia con un tono intimista y público a la vez. Como hacen muchas celebridades.

El talento de Fabio Alberti consigue que la inefable Coty Nosiglia, una de las criaturas que creó para la TV, asuma el desafío de contar su historia en el unipersonal "Boluda total en Café con Ser", que los viernes y sábado a la noche se ofrece en el Chacarerean Teatre.

El personaje que plasmó en "Todo x 2 pesos" y el año último fue parte de "RSM" (América), encuentra sobre tablas y en compañía del pianista denominado Michel Googlé, una manera de contar una historia que bien podría ser la de no pocas figuras divinizadas por el milagro de la televisión.

"Aprendí zapateo americano con Cormillot y aunque quería estudiar teatro con Chávez, no iba a estar todo el tiempo viajando a Venezuela", relata Coty al explicar detalles acerca de la formación que le permite gozar del reconocimiento mediático.

El vigoroso texto que Alberti urdió junto a su esposa Laura Quesada, es el territorio sobre el que el humorista despliega su capacidad histriónica para naturalizar los pensamientos y las reflexiones de la inefable mujer que se hizo famosa a partir de un programa solventado por su esposo Jorge, quien también impulsó este paso teatral.

Con el tono intimista y público con que otras celebridades refieren a sus vidas, Nosiglia narra que "antes para dormir usaba el Chanel número 5, pero ahora no tengo cable" y su indiferencia al confundir un perfume con una señal televisiva genera uno de los tantos griteríos del público recordando el nombre de la pieza.

En ese repaso de cotidianeidades aparece el country donde también viven sus mejores amigas (Cathy, Chiquita, Ara y Su), aunque esa vida relajada no impide que todas extrañen a Norita "que era el alma de todas las fiestas", según revela.

La dama que invita a un par de espectadoras a probar nuevos modelos de posibles implantes mamarios, también tiene tiempo de definir a su "hombre ideal" ("que sea alto como Suar pero que camine derecho, que tenga los ojos de Hadad, la sonrisa de Pino y el pelo de Passarella) y de presentar, tal como hacía en la pantalla, un próximo número de la revista "Boluda Total".

El pasaje más logrado del espectáculo de una hora de duración ocurre cuando relata su único viaje a Nueva York. "Era el 11 de septiembre de 2001 y había mucho humo y sirenas y todo el mundo gritaba y corría. No me gustó, me quedo con Punta", explica impávida.

De ese paso por la Gran Manzana surge la increíble canción (con música de Nico Posse y el "Mono" Morillo) que le dedica a Jorge y que le inspiró "meterme en un supermercado a leer las cualidades de las toallas femeninas" a las que compara con lo que le entrega su marido.

Quizá para explicar la vida que le tocó, Coty cierra el cuento -que no tiene un desarrollo cronológico- revelando que "de muy chica perdí a mi madre y tardé media hora en encontrarla. Fue en la playa y allí recibí el primer aplauso de mi vida".

La buena recepción de la audiencia que colmó la sala ubicada en Nicaragua 5565, entrega saldo positivo a la primera experiencia teatral en solitario del creador de Peperino Pomoro que junto a Alfredo Casero, Diego Capusotto, Mariana Briski y Alakrán, entre otros, irrumpió en los 90 con un humor descabellado e irreverente.

Télam

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí