"Abracadabra, pata de cabra", y como si la rozaran con una varita mágica, la camiseta desprende aroma a algas marinas. Es la misma tela la que emana el perfume, un efecto que se logra mediante microcápsulas que liberan gradualmente su contenido cuando se frota una prenda con suavidad.
"Las algas tienen principios activos que renuevan la elasticidad, belleza y juventud de la piel", afirma la especialista María Mendoza Espinosa de Protela, una firma colombiana que acaba de lanzar la línea de textiles Spa & Care, diseñados para sumar beneficios al cuerpo.
La idea es que una prenda no sólo se luzca estéticamente, sino que genere experiencias sensoriales, sugirió la experta textil mientras frotaba un vestido como si fuera la lámpara de Aladino.
"Diseñamos una colección de textiles para que la gente los vea, toque y huela", indicó Espinosa en la 22 edición de la feria Colombiatex que se realizó esta semana en Medellín.
"En estas telas es clave el contacto con la piel, y son para situaciones diversas. Por ejemplo, proponemos microcápsulas de leche y miel para pijamería", porque esa mezcla aromática favorece el descanso. También hay telas con vitamina E y con sustancias antibacteriales, todas englobadas en el concepto de spa como síntesis de relax y bienestar.
Entre las recomendaciones para cuidar la prenda figura lavarla a mano frotando con suavidad y colgarla a la sombra. Si bien el aroma empieza a mermar tras el cuarto lavado, el beneficio activo resiste al menos 20 lavados.
No sólo los procesos tecnológicos y químicos innovan hoy día en la indumentaria, también las "fibras orgánicas" hechas con bambú, maíz, soja y leche están sorprendiendo a los amantes de la moda y la ecología, y a menudo cumplen con los valores de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
Las fibras orgánicas son ecológicas en su proceso de elaboración porque "crecen en campos de tierra fértil que han estado libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos, y necesitan menos de la mitad de la energía que requiere procesar otras fibras", explica Walter Ruiz, gerente general de la comercializadora internacional Tesco.
"La fibra del bambú se produce con la pulpa de esta planta, y en la sección de cruz, está llena de miniagujeros y espacios. Con esta estructura, la fibra del bambú puede absorber y evaporar en un instante el sudor", por lo que las prendas hechas en el tejido biodegradable del bambú son recomendadas para la práctica de deportes y los climas cálidos.
La fibra de soja en la indumentaria expulsa rápidamente la humedad corporal al exterior manteniendo el cuerpo seco y caliente. Es antialérgica y prescinde del planchado. En su proceso de fabricación deriva del frijol de soja, se hacen girar los líquidos de la proteína, que son forzados a través de una hilera hasta que la soja se solidifica para hacer la fibra, indica Ruiz.
Por otra parte, muchos hombres sueñan con que las mujeres vuelvan a preferir la falda al pantalón, y que luzcan sus piernas delicadamente contorneadas. "Las pantymedias ya no se romperán, y si desafían los pronósticos rasgándose, los huecos no se abrirán", prometen los fabricantes de Lycrafusion, una fibra compuesta por nylon y lycra, de la empresa Invista.
"En los últimos años las mujeres dejaron de usar pantys, en gran medida porque se rompen de nada. Mediante investigaciones y desarrollos nuevos logramos crear una fibra que aumenta la resistencia de la trama de una media, al punto de que no se rompe. Y si pese a todo se desgarra por un movimiento muy brusco, la superficie rota no se amplía, porque la trama la sujeta".
La explicación científica a la "fórmula mágica" es que el hilo está modificado químicamente y la lycra se funda con el tejido, de manera que impide una fácil apertura de la trama. La innovación se comercializa hace unos meses en Europa y para América Latina se lanzó esta semana en Medellín.
dpa