Viernes 29 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 30 > Sociedad
De punta a punta en bicicleta
Partió hace 40 días de La Quiaca con rumbo a Ushuaia

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA) - "Uno se vuelve parte del paisaje, parte de la ruta y parte de la Argentina. Es una actividad que te vincula con vos mismo y con el entorno de una manera muy distinta a lo que sería en auto, colectivo o moto". La frase corresponde a Leo Arguelles, un rosarino de 33 años que hace 40 días inició el viaje en bicicleta por la ruta 40 con el fin de unir La Quiaca y Ushuaia.

Leo es licenciado en Bellas Artes y trabaja como docente en escuelas primarias y secundarias de su ciudad. A mediados del 2008 comenzó a planear el viaje, buscó información, leyó revistas especializadas, tomó contacto con personas que habían hecho el recorrido, armó el equipo, consiguió algunos sponsor y se embarcó en la aventura. El circuito incluyó la cordillera, la ruta de los Siete Lagos y Villa La Angostura.

El 23 de diciembre del año pasado inició la travesía desde el límite con Bolivia. Lleva más de 3.000 kilómetros de pedaleo a un promedio diario de 100, dependiendo del terreno y el viento. "Cada día es un nuevo desafío. No pienso todo el tiempo en llegar a Ushuaia, solo me concentro en el destino del día", cuenta, quizás pensando en los casi 2.000 kilómetros que le faltan.

Amante de la bicicleta y el aire libre, la idea germinó con su cumpleaños número 33. "Me propuse realizar algo histórico para mí, casi heroico, algo que ahora puedo hacer y más adelante no, así surgió la propuesta de viajar por Argentina en bicicleta. La bicicleta es, además de un deporte divertido, un medio de transporte económico, saludable y ecológico", relata Leo.

El viaje es solitario, pero la ruta es hacedora de encuentros. "El mejor momento es cada vez que conozco a alguien. Por ejemplo, ahora me encuentro con un equipo de ciclismo de seis italianos que vinieron a pedalear la Patagonia, desde que nos cruzamos hemos sido como una familia", dice.

En este viaje conoció a Don Osvaldo, un viajero de 91 años, extranjeros aventureros, obreros, enfermeros, camioneros y hasta una familia de Bariloche que lo ayudó en un mal momento.

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