BUENOS AIRES (ABA).- Prácticamente pasó enero. El pescado sigue sin vender. Y no hay refrigerante que garantice (mientras se ponderán las virtudes alimenticias del cerdo y las aves) que vaya a mantenerse ese producto en buen estado en este verano calietne. La metáfora puede aplicarse - salvando la estabilidad de Martín Redrado al frente del Banco Central, tema a punto de convertirse en anecdóta -, a la médula del "Fondo del Bicentenario", que habilitaría al Estado a disponer este año de 6600 millones de dólares más para llevar tranquilidad a los organismos financieros internacionales.

¿Tranquilidad? Hasta aquí fracasó el método de la Rosada - la salida sorpresiva del jefe de los abogados oficiales, Osvaldo Guglielmino, es una prueba de ello - y el kirchnerismo parece resignado (aunque nunca se sabe) a habilitar al Congreso para debatir el uso de las reservas para cancelar compromisos externos.

Según la información de fuentes fidedignas a la que accedió anoche "Río Negro", el gobierno está determinado a debatir el polémico DNU en las sesiones ordinarias a inaugurarse el primero de marzo, pero tampoco descarta un llamado de Cristina Fernández, para finiquitar el culebrón en extraordinarias, durante febrero.

"Cristina está esperando para actuar que reviente este grano de pus (sic)... Redrado ha sobreactuado y provocado zozobra durante 40 días en el mundo económico", señaló a este diario un vocero de la administración K. Lo hizo después de que se conociera la caída de la bolsa y la pérdida de un 2% promedio de los títulos de la deuda. El funcionario exhibía en sus manos un informe de la agencia de noticias Bloomberg, que indicaba a los títulos argentinos como los segundos más riesgosos, sólo superados por los de Grecia.

En la Rosada aseguraron que si la semana entrante se le cierra el paso al "bumerán Redrado", y en el entendimiento que no es posible una autoconvocatoria del parlamento, se habilitarán dos mecanismos: diálogo intensivo en el Congreso y acuerdos con gobernadores para que influyan en sus legisladores y levanten la barrera para que pasen los fondos que demanda el Ejecutivo.

"Pudimos haber sido desprolijos - admitió la fuente - pero hoy lo urgente es normalizar la autoridad monetaria, retomar el contacto confiable con los acreedores y habilitar el proceso remanente de canje".

Las agujas del reloj financiero se sigue moviendo y el gobierno no quiere más sorpresas desagradables. Interinamente, dejará al frente del Central al (ex) radical cobista Miguel Pesce - un técnico - y recién en septiembre abrirá la sucesión que, si todo se normaliza, podría recaer en Mario Blejer.

ARNALDO PAGANETTI