Jueves 28 de Enero de 2010 > Sociedad
Un pequeño artista vende sus cuadros en mil euros
Kieron Williamson tiene siete años y ya cuenta cuenta con un séquito de adeptos a sus cuadros. En su segunda exposición vendió sus 16 obras en apenas 14 minutos y recaudó 20.450 euros.

El joven pintor tiene una lista de espera de 680 compradores y hasta gente de Londres llega a su pueblo de Holt, en el este de Inglaterra, en busca de sus pinturas, según el diario ABC.es.

Kieron pinta paisajes, unos seis por semana. Aunque es una buena cantidad, sólo le otorga en determinadas ocasiones. Sus padres no quieren que por el momento esto pase de ser un hobby y que con él se repita la desgracia padecida por mucho niños prodigio.

De hecho, Kieron no está obsesionado con la pintura. De grande quiere ser pintor, pero también futbolista.

"Soy también el mejor de mi clase en matemáticas, inglés, geografía y ciencia", dijo al periódico "The Guardian" sin atisbo de soberbia, sólo para indicar que sus intereses son variados. No quiere ser otro Picasso, prefiere Monet.

Sorprende la calidad artística, claramente superior a la destreza que le correspondería por edad. También una sensibilidad sin tradición plástica familiar, y una inspiración que no es la más propia de quien vive en un piso pequeño con vistas a una gasolinera.

Ahí reside en compañía de sus padres y de su hermana pequeña, Billie-Jo.Kieron no está obsesionado con la pintura. De mayor quiere ser pintor, pero también futbolista.

Todo empezó hace dos años, cuando el padre, Keith Williamson, sufrió un accidente y tuvo que dejar de trabajar como electricista. Encontró un empleo en el negocio del arte. Debido al accidente, Keith dejó de realizar actividades al aire libre con su hijo, y éste se vio confinado al piso.

Así fue como Kieron comenzó a entrenerse con las pinturas a los 5 años. Padre e hijo emperazon a aprender juntos sobre arte, cada cual en su propio campo.

Vistas las trazas del chico, sus padres buscaron artistas locales para que le dieran clases. El favorito de Kieron, Tony Garner, destaca que el alumno capta las cosas nada más verlas.

"No habla mucho, no pregunta mucho, simplemente mira. Es un aprendizaje visual. Si doy una imagen a otros estudiantes, la copian, pero Kieron es diferente. Él la copia y le aplica su estilo. Puede ser algo naiv de momento, pero hay mucha frescura en lo que hace. Y la confianza que el chico ha logrado, simplemente no se arruga ante nada".

 

Télam

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