Los dramáticos pedidos de ayuda de los argentinos que están varados cerca de las ruinas de Machu Picchu, Perú, continuaron ayer durante todo el día, al igual que las denuncias sobre discriminación en los operativos de evacuación, pese a que la Cancillería aseguró que los afectados, cerca de 700 personas, "están en buenas condiciones de salud".

En tanto, también se confirmó que se demorará al menos hasta hoy a la noche la repatriación de los restos de la joven Lucía Ramallo Sarlo, una platense de 23 años que murió al ser cubierta de piedras su carpa, debido a las complicaciones en el traslado hasta Buenos Aires.

Romina Campo, sobrina del vicegobernador de La Pampa, Luis Campo, y amiga de Lucila -la joven que murió- se salvó de ser golpeada por las piedras dentro de la carpa y se encuentra en buen estado de salud, aunque internada en una clínica de Cuzco. "La gente estaba desbordada y fueron cinco horas en las cuales no llegaba" la ayuda, denunció Campo, quien contó que el último contacto que tuvo con su amiga Lucía fue "un grito" que dio cuando "cae el muro" de piedras por el alud.

Durante toda la jornada, los relatos de turistas argentinos se repitieron en medios de comunicación, con denuncias de falta de atención de las autoridades argentinas, por las precarias condiciones en las que se encontraban y la existencia de "privilegios" de ciudadanos de Estados Unidos y Europa en el operativo de rescate de la localidad de Aguas Calientes, al pie del Camino del Inca y a pocos kilómetros de las ruinas incaicas.

Sin embargo, según un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores, que encabeza Jorge Taiana, "los ciudadanos argentinos que se encuentran en Aguas Calientes están en buenas condiciones de salud" y las evacuaciones " se espera completarlas en las próximas 36 a 48 horas", indicó el comunicado.

El relato de las personas aisladas contrastó con esa versión (DyN, Télam)