El procurador del Tesoro, Osvaldo Guglielmino, renunció ayer a su cargo, en el contexto de la crisis política generada por el intento del gobierno de usar reservas del Banco Central para pagar deuda. Aunque la razón oficial fue "motivos personales", trascendió que en realidad el alejamiento se debería al fuerte malestar del matrimonio Kirchner sobre la actuación del funcionario en el "caso Redrado", ya que era uno de los conductores de la frustrada ofensiva oficialista.

A Guglielmino lo reemplazará Joaquín Da Rocha, ex subsecretario de Justicia de la provincia de Buenos Aires.

El procurador había ido ayer a declarar ante la comisión bicameral que trata el decreto de remoción de Martín Redrado del Banco Central. Luego de exponer ante los legisladores, Guglielmino se negó a hacer declaraciones, amparándose en el secreto que impone el reglamento de la comisión parlamentaria.

Fuentes del gobierno nacional hicieron saber a DyN que en el Ejecutivo habrían quedado "molestos" por el tenor de la exposición de Guglielmino ante ese cuerpo parlamentario que preside el vicepresidente Julio Cobos.

Incluso allegados a Cobos fueron los primeros en difundir la versión de que Guglielmino se había ido o que se le había pedido la renuncia luego de esa fallida exposición de ayer.

Sin embargo, el enojo del matrimonio presidencial con el procurador iría un poco más lejos

Guglielmino, abogado de profesión, había impulsado una de las denuncias que pesan sobre Redrado y de hecho, era considerado uno de los "cerebros" de la estrategia para sacar del Central al economista que obstaculizó el uso de parte de las reservas del organismo para el Fondo del Bicentenario.

Y según versiones de prensa la salida de Guglielmino sería un fuerte "tirón de orejas" al Secretario Legal y Técnico de la presidencia, Carlos Zannini , hombre de extrema confianza de los Kirchner y encargado de todo el andamiaje legal de las iniciativas oficiales. Según el sitio "Urgente 24" Zannini aseguraba que Osvaldo Guglielmino le había jurado que ´controlaba´ el fuero en lo Contencioso Administrativo, (en el que fue juez) que es la instancia judicial en la que los Kirchner jugaron todas sus fichas ( en el Caso Redrado), y perdieron". Este abogado había llegado a la Procuración del Tesoro en 2004. Se le encomendó la estrategia para enfrentar las demandas de empresas y bonistas en tribunales del exterior.

El reemplazante de Guglielmino, Da Rocha, abogado de la UBA, fue subsecretario de Justicia entre 1988 y 1991 durante la gestión del gobernador bonaerense, Antonio Cafiero. Está casado con la fiscal en lo criminal de la Capital, Mónica Cuñarro.