No faltarán las palabras bonitas sobre la paz, la democracia y la reconstrucción civil. Sin embargo, en la conferencia internacional sobre Afganistán, celebrada ayer en Londres, lo que se esperaba antes que nada era el compromiso de los participantes de aportar mucho dinero y, al menos provisionalmente, muchos soldados más para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Sólo así resultaría posible comenzar el 2011 con la retirada de los primeros soldados, aseguran fuentes de la OTAN en la sede de la alianza militar en Bruselas.
Actualmente se encuentran desplegados en Afganistán unos 85.000 soldados de la fuerza de seguridad ISAF, comandada por la OTAN. Tras el refuerzo anunciado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, esta cantidad se elevará a unos 100.000.
Los responsables de la alianza atlántica no se cansan de repetir que es necesario, por ahora, enviar más soldados a Afganistán, especialmente instructores. Tan pronto como se adiestre un número suficiente de soldados y policías, podrá comenzar el "traspaso de la responsabilidad de la seguridad" a los afganos, es decir, la retirada de los soldados de la ISAF. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, lo ha formulado así: "Tenemos que hacer más ahora para que pronto podamos hacer menos".
En primer lugar se necesita dinero para la financiación del Ejército afgano, cuyo número de soldados, 100.000 en la actualidad, se pretende aumentar a 171.000 de aquí a octubre del 2011. Antes, cuando la meta era llegar a sólo 134.000 soldados, la OTAN ya había calculado un gasto anual del orden de los 1.400 millones de euros (casi 2.000 millones de dólares). Hasta el momento sólo han ingresado 223 millones de euros en un fondo creado para financiar el Ejército afgano. Los principales contribuyentes son Australia, que no es miembro de la OTAN, seguida de Alemania (50 millones) y Noruega (15 millones).
"No podemos estar muy orgullosos de la financiación. Aún tenemos que trabajar muy duro en este tema", dice el portavoz de la OTAN, James Appathurai. La necesidad de financiar el Ejército afgano es evidente. El sueldo que percibe el soldado ha sido aumentado de 50 a 160 dólares mensuales, lo que se ha traducido en un drástico descenso del número de deserciones y en un reclutamiento notablemente mejorado.
"Es mucho más económico suministrar armas a los afganos que enviar a nuestros soldados a Afganistán", explica el portavoz de la OTAN. Varios países han sido generosos a la hora de donar armas -también material más viejo-, desde morteros (Bulgaria), helicópteros (República Checa) y obuses (Turquía) hasta ropa (Alemania) y coches de bomberos (Suiza).
Además de los proyectos de desarrollo y la lucha contra la corrupción, también se esperaba que el gobierno afgano presentara en la conferencia de Londres un plan para "la paz y la reintegración".
La idea consistía en incorporar el Ejército al aparato estatal y a la administración a aquellos insurgentes e islamistas talibanes que ahora estén dispuestos a respetar la Constitución del país.
"El apoyo internacional", dice el portavoz de la OTAN, también significa dinero para la reinserción", aunque de momento nadie sabe exactamente cuánto.
En Londres también se hablaría del envío -costoso- de instructores para el Ejército y la policía con vistas a la futura transferencia del control de la seguridad. Para la OTAN, ésa es la clave para la anhelada "perspectiva de retirada" que los gobiernos de la alianza quieren presentar a sus ciudadanos. El desafío es enorme: para este año el objetivo consiste en aumentar el número de equipos de adiestramiento militar de 62 a 150, es decir, más del doble. Y en el 2011 será necesario hacer más esfuerzos en este sentido, en vista de la decisión de incrementar el tamaño del Ejército. En lo que a la policía se refiere, el salto previsto es aún mayor, de 16 a 340 equipos de adiestramiento.
Sólo si se alcanzan estos objetivos, explican las fuentes de la OTAN en Bruselas, tiene sentido realmente hacer planes detallados, que ya se han comenzado a elaborar, para el "traspaso de la responsabilidad de la seguridad". A tal efecto, se deben definir ahora criterios precisos, no sólo militares, sino también civiles. Por esta razón, estaba previsto que en la conferencia de Londres se presentara un nuevo responsable civil de la ISAF dotado con mayores competencias.
DIETER EBELING
DPA