El cineasta Emilio Vieyra, uno de los más prolíficos directores del cine argentino, autor de filmes como "Sucedió en el internado", "La Bestia desnuda", y "Quiero llenarme de ti", falleció a los 89 años, a causa de una enfermedad que lo aquejaba desde hacía unos meses.
Nacido el 12 de octubre de 1920, Vieyra fue director y productor de la mayoría de sus 30 largometrajes, en algunos de los cuales también participó como actor. En 2005, después de un largo paréntesis de nueve años luego de filmar "Adiós abuelo" en 1996, el veterano cineasta volvió a los sets para filmar el policial "Cargo de conciencia", protagonizado por Rodolfo Ranni.
Muy criticado en su momento por la supuesta defensa que "Adiós abuelo" hacía de la apropiación ilegal de menores durante la última dictadura militar, Vieyra elaboró en "Cargo de conciencia" un thriller donde una mujer policía y un periodista inician una investigación sobre el suicidio de un senador.
Prolífico director, Vieyra fue quizás uno de los directores más prolíficos y taquilleros del cine argentino, con títulos que superaron el millón de espectadores.
Su caso es curioso: aunque fue castigado siempre por la mayor parte de la crítica, también se ganó el reconocimiento de un pequeño grupo de adeptos gracias a películas como "Sangre de vírgenes" y "Correccional de mujeres". Los amantes del cine clase B americano encontraron en Vieyra a un Roger Corman criollo capaz de construir filmes de muy bajo presupuesto con dosis equilibradas de sangre y sexo, e intentaron patentarlo como "director de culto".
Iniciado en la dirección en 1961 con "Detrás de la mentira", Vieyra recorrió en su extensa carrera los más diversos géneros. En medio de títulos como "Villa Cariño está que arde" y "Yo gané el Prode, ¿y usted?" aparecen filmes protagonizados por Sandro ( "Gitano" y "La vida continúa") o Leonardo Favio ("Simplemente una rosa") en el esplendor de su carrera como cantante. También es responsable de "La gran aventura", iniciadora de la saga de comedias de acción protagonizadas por los detectives "Delfín", "Tiburón" y "Mojarrita", que luego continuó Carlos Galettini.
Luego de aquella experiencia, Vieyra filmó "Los irrompibles" y dos películas ("Comandos azules" y "Comandos azules en acción") que le valieron críticas por su ponderación de los grupos parapoliciales. Fue en esa época, la de la última dictadura militar, durante la cual fue acusado de "filmar para el Proceso", un cargo que él negó: "Es como pensar que los responsables de las cárceles me pagaban para hacer filmes como ´Correccional de mujeres´", se justificó. (Télam)
