228 personas, incluidos 143 niños, resultaron intoxicadas por consumir agua bendita durante la celebración de la Epifanía, el 19 de enero pasado en la localidad de Irkutsk, Rusia, y debieron ser hospitalizadas.La mayoría presentaba síntomas de infecciones gastrointestinales, como diarrea, vómitos, dolores de cabeza y alta fiebre, informó la agencia RIA-Nóvosti.

Durante la fiesta de la Epifanía, los creyentes ortodoxos emulan el bautismo de Cristo poniendo a prueba su fe zambulléndose tres veces en el agua helada de ríos y lagos.Según la tradición ortodoxa, el agua recogida en los ríos y lagos durante la fiesta de la Epifanía, cuando se celebra el bautismo de Jesucristo por Juan el Bautista en el río Jordán, presenta determinadas propiedades curativas y fortificantes.

El departamento sanitario local explicó que el agua del lago local, donde algunos creyentes ortodoxos rusos recogieron agua para beberla después de que fuera bendecida por el pope de la iglesia local, estaba estancada y contaminada."Ese agua no responde a las exigencias higiénicas por sus propiedades microbiológicas y sanitario-químicas", señaló el departamento sanitario de Irkutsk en un comunicado.

La información alerta que en las pruebas del agua encontradas en casa de los enfermos se ha detectado el antigen del rotavirus, enfermedad infecciosa, y que a 18 enfermos se les ha diagnosticado la gastroenteritis rotavírica.Además, agrega que ese agua presenta además una "elevada presencia de nitratos y una serie de bacterias que permiten hablar de la contaminación con heces fecales" durante antiguos vertidos de "aguas negras".

El departamento local del Ministerio de Situaciones de Emergencia informó, por su parte, que no autorizó a la Iglesia de Mijaíl Arcángel a abrir el claro en el hielo del lago, donde los creyentes recogieron agua para bendecirla en el templo.

Un portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa consideró imposible que los creyentes se intoxicaran con agua bendita, mientras la Fiscalía local puso en marcha una investigación del caso para encontrar a los culpables.