Martes 26 de Enero de 2010 > Cultura y Espectaculos
John Wray, la última revelación de la narrativa estadounidense
De empleado de una librería y músico de rock pasó a ser uno de los mejores novelistas jóvenes de EEUU. Con su novela Lowboy, la historia de un adolescente esquizofrénico, logró un aplauso cerrado: fue comparado con Salinger y Don DeLillo. Admira a Cortázar.

En 1998, las cosas no pintaban muy bien para John Wray. Había perdido su empleo en una librería, su novia lo dejó y tuvo que abandonar su departamento. "Lo único que me quedaba era mi mediocre banda de rock", dice. Así, se trasladó a la sala de ensayo: durante un año vivió en el sótano de un viejo almacén de Brooklyn, donde -acompañado por la comunidad de ratas residentes- escribió su primera novela, The right hand of sleep.

La envió a un agente literario y aceptó una invitación a Chile, donde vive su prima Blanca Lewin. "Blanca sabía que yo estaba quebrado, y no podía vivir en Nueva York. Entonces, muy generosamente, me ofreció un lugar para quedarme un ratito en Ñuñoa, donde vivía", cuenta.

Wray (1971) quería conocer el continente y decidió hacer el viaje por tierra. Demoró cuatro meses en llegar. "Comí un montón de humitas y tomé mucho pisco sour", cuenta a La Tercera. Pero lo más importante fue que su agente vendió el libro a Knopf, una de las grandes editoriales de EEUU.

Desde entonces, las cosas han mejorado para Wray. La crítica aplaudió su primera novela; la segunda -Canaan's tongue- lo ubicó entre los mejores autores de su generación, y la revista Granta lo seleccionó entre los novelistas jóvenes americanos de mayor proyección.

Pero lo mejor estaba por venir.El año pasado, Wray publicó su tercera novela, Lowboy, la historia de un adolescente esquizofrénico en el metro de Nueva York. De pronto, todos hablaban de él. Desde The New Yorker a Vanity Fair y la revista Esquire. Lowboy se convirtió en la novela de moda y su autor fue comparado con Salinger, Faulkner y Don DeLillo."Lowboy es excepcionalmente tierna y aguda. . . Wray es un audaz escritor joven", comentó James Wood en The New Yorker.

 "Una novela espléndida, meticulosamente construida, con un argumento y un ritmo perfectos", escribió Charles Bock, en The New York Times Book Review.La novela acaba de llegar a Chile por Anagrama. El protagonista es Will Heller, un chico de 16 años que deja de tomar sus pastillas y se escapa del siquiátrico. Está convencido de que el mundo se va a acabar por el calentamiento global y él es el único que puede salvarlo.

Mientras su madre y un detective lo buscan, Lowboy se pierde en el metro de Nueva York.El libro ha sido elogiado especialmente por la voz de Will, un personaje "íntegro y excepcional", según The Guardian. Y aunque el hermano de un amigo suyo fue la inspiración, Lowboy es una suerte de alter ego. "Yo quería crear un personaje creíble, no sólo un cliché de la enfermedad mental. Por eso decidí basarme en mí mismo, a los 16 años. ¡Sólo que yo no era tan encantador!".

Thriller atípico, Lowboy es también una muestra de la versatilidad narrativa de Wray. De madre austríaca, en su primera novela escribió sobre la Segunda Guerra Mundial. Luego narró la historia de un falso predicador del siglo XIX que traficaba esclavos. Era su protesta contra el gobierno de Bush. "Elegí escribir sobre los abusos del régimen alegóricamente. El punto era hacer tanto daño como fuera posible al Partido Republicano. Pero no creo que nadie se diera cuenta".

La guerra, los abusos, la esquizofrenia. ¿Qué le atrae de estos temas? "No lo sé. Soy una persona bastante tonta en la vida cotidiana, pero hay un estado de ánimo en cierta ficción -Faulkner, Kafka, Cormac McCarthy- que siempre he seguido y es inevitable que salga también en mis libros".Admirador de Chandler, Cortázar y Günther Grass, una de sus últimas lecturas fue 2666, de Bolaño. "Fue lo mejor que leí el año pasado, y creo que es claramente superior a Los detectives salvajes, que también disfruté mucho".

Ahora Wray trabaja en su cuarta novela, donde cambia de rumbo otra vez. "Es sobre una familia de físicos medio locos que están obsesionados con la naturaleza física del tiempo. Lo creas o no, es una comedia".

Fuente: La Tercera

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