Dijo lo que ya todos sabían, aunque claro, faltaba que la primera voz de La Ribera ratificara los acontecimientos que han transformado a Boca en un tembladera sin pausas.
Con más de un día de demora y pedido de disculpas mediante, el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, oficializó ayer por la tarde la renuncia de Carlos Bianchi como manager del club, tras negarse a calzarse el buzo de entrenador, que finalmente recayó en Abel Alves.
Ameal negó que para él Bianchi haya fracasado en esa función que le creó para su llegada a Boca en un intento por sostener la interna dirigencial que se le venía encima tras el fallecimiento de su antecesor Pedro Pompilio. Bianchi "no me defraudó", afirmó Ameal, que insistió que el alejamiento del "virrey" de Boca fue de "común acuerdo".
"Tuvimos una reunión y de común acuerdo Carlos decidió retirarse del club. Nosotros le planteamos el hecho que queríamos que dirija, que siempre fue una expresión de deseos nuestra más allá de su gestión como manager, pero decidió que no era su etapa y quedamos de común acuerdo la salida de la institución".
Ameal afrontó tan solitariamente la conferencia de prensa que dio en Casa Amarilla como cuando decidió la contratación de Bianchi como manager, desplazando a los vices José Beraldi y Juan Carlos Crespi del manejo del fútbol profesional.
El único error que Ameal dijo encontrarle a Bianchi fue "no comunicar las cosas que él desarrollaba", una diplomática salida en torno a las formas, pero no en el fondo, ya que dijo haber dejado una gira "exitosa" y contactos abiertos, en referencia al periplo europeo de mediados de 2009, en el albor de la gestión de Alfio Basile.
Ameal dijo que continuará en Boca la figura de manager, a modo de dejar en claro que ese cargo no solo fue creado para Bianchi. Sin embargo, dejó en la nebulosa cuándo y a quién nombrar para ese puesto.
