TEGUCIGALPA (Télam).- El gobernante de facto de Honduras, Roberto Micheletti, decidió salvar las apariencias y retirarse a su casa sin renunciar, cinco días antes de la asunción de su sucesor, el conservador Porfirio Lobo, quien recibirá el miércoles la banda presidencial de manos del nuevo titular del Congreso, Juan Orlando Hernández.
El grueso de la comunidad internacional, salvo Estados Unidos, Colombia, Guatemala Perú y Panamá, no reconoció las elecciones del 29 de noviembre en las que fue electo Lobo, del Partido Nacional, organizadas por el régimen de facto que encabeza Micheletti, tras el golpe del 28 de junio que derrocó al presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Estados Unidos reclamó la renuncia de Micheletti previa a la asunción de Lobo, para sacar a Honduras de su actual aislamiento internacional, pero el gobernante de facto se negó, porque, dijo al retirarse a su casa sin abandonar al poder, eso hubiese sido aceptar que "se cometió un error o delito".
Anteriormente, había asegurado que permanecería en la sede del gobierno hasta el 27 de enero para ver la ceremonia de relevo por televisión y, una vez que le impusieran la banda a su sucesor, abandonaría la Casa Presidencial.