Pese a que sobre la cancha estaban Lleyton Hewitt y Marcos Baghdatis, los aficionados del Abierto de Australia se pudieron ir a dormir pronto: el australiano superó al chipriota en menos de una hora, muy lejos de aquel maratón de 2008, cuando el partido entre ambos terminó a las 4:34 de la madrugada.
Baghdatis abandonó cuando caía por 6-0 y 4-2, aduciendo un dolor en el hombro derecho, con lo que el ídolo local Hewitt pasó a octavos de final, tras apenas 54 minutos de juego.
Hace dos años, se midieron en el Rod Laver Arena en tercera ronda y el juego comenzó a la medianoche. La victoria de Hewitt en cinco sets, por 4-6, 7-5, 7-5, 6-7 (4) y 6-3 se selló en un horario sin precedentes en la historia del tenis.
Por esa experiencia, los organizadores tomaron medidas para evitar que los partidos terminen excesivamente tarde: empezar la sesión media hora antes y programar primero el más importante de los dos partidos de cierre.