Sábado 23 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 39 > Deportes
No brilla, pero entró en octavos
Del Potro superó a Mayer y está entre los 16 mejores. Ahora se medirá con el complicado Marin Cilic.

Juan Martín Del Potro superó momentos de confusión en su juego y algunas molestias físicas para vencer al alemán Florian Mayer por 6-3, 0-6, 6-4 y 7-5 y meterse en los octavos de final del Abierto de tenis de Australia, el primer Grand Slam del año.

Todavía bajo el influjo de la gloria alcanzada en el US Open, el tandilense quedó a tres pasos de meterse en su segunda final "grande" consecutiva, tras la que le ganó al suizo Roger Federer en Nueva York en septiembre.

Si bien Del Potro parece avanzar a los tumbos en esta cita australiana, los resultados positivos siguen cimentando su sueño de levantar en Melbourne un nuevo trofeo.

"Hoy, especialmente en el segundo set, me sentí muy confundido con mi juego. Pero después mejoré un poquito. Y terminé jugando algunos buenos puntos al final del partido", describió Del Potro, quien en la madrugada del domingo se medirá en octavos con su mismo rival del año pasado en Australia, el croata Marin Cilic (14) y verdugo ayer del suizo Stanislas Wawrinka por 4-6, 6-4, 6-3 y 6-3.

Bajo el fuerte calor -llegó a hacer 37 grados en el Rod Laver Arena- Delpo vivió situaciones curiosas, tales como un vendaje que se le despegaba una y otra vez y una abeja que se posó sobre su espalda y se resistía a irse.

Pero la principal molestia se la causó su oponente. "Él jugó muy bien el segundo set, tampoco yo metí primeros saques y se me fue rápido. Pero enseguida me pude recuperar y me metí de nuevo en el partido. Quebré rápido en el tercero para seguir intentando hasta lo último y creo que dio sus frutos. Pude cerrar con mi saque".

Reapareció la molestia en la muñeca derecha, pero Del Potro relativizó el problema: "tengo cosas mas difíciles para pensar, sobre todo en el juego. Me quité el vendaje, porque me molestaba por el calor y la humedad, quería pensar más en la pelotita y no tanto en el brazo", argumentó.

"Por suerte la abeja no me picó, pero obviamente físicamente algo se sintió ese partido eterno con (James) Blake", a cinco sets en la ronda anterior.

Y, pese a los altibajos, rebosa confianza. "Quiero seguir trabajando para ser un mejor jugador", dijo en la despedida.

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