| ||
Le dieron la espalda | ||
Acorralado por la falta de respuestas de los jugadores, sin refuerzos y con la presión de la figura de Bianchi sustentada por los dirigentes, Basile le puso fin a su 2º ciclo en el club. | ||
Agobiado por la falta de respuestas de sus jugadores, el escaso compromiso de los dirigentes en cuanto al tema de los refuerzos, y la sombra siempre amenazante de Carlos Bianchi, Alfio Basile entendió que eran demasiadas cosas en contra como para pretender encontrar un Boca protagonista para el próximo torneo Clausura. Basile comprendió que la Comisión Directiva del club lo fue a buscar hace seis meses, no sólo por su pasado glorioso en el primer ciclo en el club, sino también para que sus anchas espaldas fueran la solución para conducir un vestuario dividido, con Martín Palermo y Juan Román Riquelme como ´jefes´ antagónicos. Su antecesor en el cargo, Carlos Ischia, sabe bien de que se trata. "El Coco es el único que puede hacerlo...", se decía por entonces en los pasillos de la Bombonera. "Cerrar el cabaret es la premisa número uno. En cuanto a lo futbolístico, después se verá..." Lo que vino después, fue el principio del fin. A excepción de Juan Carlos Crespi y Horacio Palmieri, Basile nunca se sintió respaldado por una CD, encabezada por su presidente Jorge Amor Ameal, que le rinde excesiva pleitesía a Bianchi. La adoración por la figura del Virrey por parte de grueso de los directivos xeneizes, siempre será un lastre demasiado pesado de sobrellevar para cualquier DT ¿Habrá una próxima víctima que se anime al desafío? Se sabe, el objetivo final de Amor Ameal y su séquito es ver otra vez a Bianchi con el buzo de DT, a pesar de que éste, una y otra vez, dice que no a la propuesta. No reemplazó a Ischia por que el ´Pelado´ era su amigo y además por una cláusula en el contrato que lo impedía. Tampoco será el sucesor de Basile. Pero los corrillos en La Bombonera ya hablan de que la primera parte del plan de la directiva ya está en marcha. Abel Alves en la dirección interina de cara al Clausura y después sí: Bianchi otra vez en el banco xeneize. Está claro que también hubo insoslayables cuestiones futbolísticas que atentaron contra el éxito del Coco en su segundo ciclo en el club. En el 2005, luego de la salida de Bianchi y la corta experiencia de Jorge ´Chino´ Benítez al frente del plantel, Basile llegó a La Boca y ganó todo lo que jugó (5 títulos). El Coco contó desde un primer momento con refuerzos tales como Daniel Díaz, Daniel Bilos, Guillermo Marino y Federico Insúa, además de los regresos de Sebastián Battaglia (Villarreal) y Hugo Ibarra (Mónaco). Estos se sumaron a un base sólida que tenía como máximos exponentes al Pato Abbondanzieri, Rolando Schiavi, Guillermo Barros Schelotto, Martín Palermo y Rodrigo Palacio, más la aparición de Fernando Gago. En este ciclo que comenzó a mediados del 2009, el único nuevo fue Gary Medel. Regresaron Ariel Rosada, para ser suplente de Battaglia, Fabián Monzón (muy lejos del nivel que lo llevó a jugar en Sevilla), Insúa y Marino, dos jugadores pedidos por Basile. Más allá de las lesiones de Riquelme y Battaglia, Basile sí es culpable al no poder armar un estructura sólida que pudiera disimular la falta de individualidades. En el verano probó con cuatro defensas diferentes y ninguna le dio resultado: 10 goles en tres partidos. Dirigentes indiferentes, falta de refuerzos (el único que llegó fue Matías Giménez), poca respuesta de sus jugadores, decisiones tácticas equivocadas y por si esto fuera poco, la sombra de Bianchi tras sus espaldas. Demasiadas contras para un espíritu ya cansado como el del Coco, que sin dudas se merecía un mejor final. WALTER RODRIGUEZ | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||