En primer término aclaro que no guardo la más mínima simpatía por el matrimonio presidencial, para que no haya lugar a las malinterpretaciones tan comunes en este tiempo.
El caso es que me siento víctima de las disputas entre los medios televisivos con respecto a la televisación en directo de los partidos de primera división de la AFA. Resulta que donde tiene señal únicamente el canal de aire estatal, cuando se transmiten los partidos, especialmente los domingos, se corta la señal por espacio de cinco minutos y es restituida por quince segundos, o sea, una absoluta tomada de pelo. Terminado el partido la señal vuelve a la normalidad.
A esa altura ya se cumplió el objetivo de que los televidentes, al unísono, dijéramos: "¡Qué porquería el canal estatal!". Esto -sin ser un especialista- se debe a la interferencia deliberada de alguien que ve afectados sus intereses; en el medio, nosotros, que pagamos miles de millones a través del Estado por un contrato que no se cumple.
Este domingo me sentí como el negro del cuento al que enterraban hasta la cabeza para que peleara con los leones y como única defensa profería aullidos y gritos mientras la gente gritaba "Peleá limpio, negro".
César Omar Montes
DNI 11.472.811
Centenario