WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso ayer en Washington dar más poder a los reguladores de los bancos para limitar el tamaño de las entidades financieras y restringir el alcance de los negocios de riesgo con la esperanza de evitar otra crisis financiera como la actual.
"Si quieren pelea, la tendrán", afirmó el mandatario, cambiando el tono de sus discursos hacia un nivel más confrontativo y cercano a la opinión popular, que está ofuscada por la gran cantidad de fondos que se otorgaron al sector financiero para poder salvarlo. Otra lectura apunta a que el mandatario intenta revertir la pobre imagen del primer año de su gobierno y muy especialmente después de la derrota en el estado de Massachusetts frente a los republicanos.
El instrumento principal es impedir que cualquier banco esté en una situación tan crítica que pueda poner en riesgo el sistema financiero, y para ello se pondrán límites a sus pasivos y se prohibirá a los bancos comerciales que participen en el negocio inmobiliario o negociar con sus propias cuentas.
"El contribuyente estadounidense nunca más será rehén de un banco que es demasiado grande para malograrse", dijo ayer Obama en la Casa Blanca.
En el fondo, se aspira a que los bancos separen de forma más clara el sector de inversiones del resto de actividades financieras.
"No deberíamos permitir a los bancos alejarse demasiado de su tarea principal, que es la de prestar un servicio a los clientes", dijo el mandatario. En los años anteriores, muchas empresas financieras invirtieron en áreas de riesgo el dinero de los contribuyentes. Los bancos siguen operando bajo las reglas que condujeron al colapso del sector financiero, criticó Obama.
El jefe de Estado quiere que en el futuro se le prohíba a los bancos poseer "hedge funds" (fondos de altos riesgo) o fondos accionarios, que no le reporten un beneficio a los clientes, ni invertir en dichos fondos.
"Si los bancos se benefician de la red de seguridad que les otorgan los contribuyentes (...) no es adecuado si toman ese dinero para hacer ganancias".
Además, propuso impedir la creación de megabancos. Obama quiere evitar que se produzcan fusiones en el sistema financiero.
Los estadounidenses no deberían recibir servicios de un sistema financiero que sólo está integrado por unos pocos grupos grandes. "Eso no es bueno para los consumidores. Eso no es bueno para la economía", dijo Obama.
Con estas restricciones, Obama sigue por primera vez la línea de su asesor Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal (Fed). Con su política financiera Volcker contribuyó a combatir la fuerte inflación de los años 80 en Estados Unidos.
Las reglas anunciadas deben ser aprobadas por el Congreso.
En los días pasados, el presidente ha intervenido varias veces en las negociaciones para la regulación del sector bancario. (DPA)