CHIMPAY (AVM).- La usurpación de tierras en Chimpay desnuda varias realidades que permanecen ocultas en la localidad: condiciones extremas de pobreza y vivienda, avivadas en algunos de los pocos lugares de alquiler, y una necesidad imperiosa del gobierno municipal por tapar un presente que parece desbordarlo.
La mayoría de las personas que ocuparon tierras el lunes por la mañana viven hacinadas o en lugares plagados de riesgos sanitarios, conviven con insectos o tienen sólo letrinas, en pequeñas piezas viven familias de 7 u 8 personas.
"Es mentira que seamos todos de afuera. Acá hay mucha gente oriunda de la ciudad, y si bien hay gente de otras provincias, desde hace años vive y trabaja acá", dijo José Luis Riso, uno de los tantos hombres que permanece en el lugar, a la vera de las vías, en las tierras que han servido además de predio para feriantes durante la semana de la fe.
"No tenemos dónde vivir. A nosotros no nos quieren alquilar con chicos en ningún lugar. Pero además a aquellos que alquilan piezas los dueños les piden el lugar porque en temporada alquilan por cama", sostuvo una mujer sentada y rodeada de chicos.
En el lugar los ocupantes no han construido ni han hecho modificaciones, sólo se refugian de los rayos del sol tendiendo lonas en los postes que ya estaban instalados para los stands.
Hay datos que asombran e indignan con los alquileres. Una mujer proveniente del norte del país, sostiene que el dueño del lugar donde alquila le cobra un adicional de 100 pesos por persona que quiera venir a visitar y quedarse a dormir en la pequeña pieza. "Y si no te gusta andate", le dijeron a la mujer.
"Nosotros fuimos al municipio solos en reiteradas oportunidades y hemos hecho hasta carpetas con los datos de cada una de las familias", coinciden en resaltar Pablo Álvarez, Carolina Díaz, Carina Ayala y una extensa lista de hombres y mujeres que no tienen empacho en decir sus nombres.
"Nosotros no queremos incidentes. Estamos de manera pacífica, pero nos vamos a quedar hasta las últimas consecuencias porque necesitamos un lugar para vivir. Acá hay gente que ha perdido sus trabajos por quedarse a hacer el aguante. Incluso le hemos manifestado que no tenemos problema en pagar los terrenos en un plan de pagos. Pero necesitamos respuestas y soluciones porque nuestra situación es desesperante.
Una de las mujeres con una bebé en brazos muestra las picaduras de las chinches que han dejado marcas en la piel de la nena. "La pieza en la que vivo esta llena de chinches e insectos. Así que con mi hija más grande nos turnamos durante la noche para cuidar a la bebé", sostiene.
"Queremos que se nos escuche. Nos dijeron que nos pueden dar una respuesta en 30 días y nosotros no podemos esperar 30 días, porque no tenemos dónde ir. Ni siquiera tenemos para comer. Ahora estamos comiendo porque hay comercios que nos han donado comida, sobre todo para los niños", sostuvieron.