Se dio lo que nadie esperaba. Ni siquiera el más optimista de los hinchas de River esperaba que su equipo ganara como ganó el primer superclásico del año. 3-1 en Mar del Plata, floreándose con pibes como el Daniel Villalva y Funes Mori, teniendo en frente futbolistas de la estirpe de JR Riquelme y Martín Palermo. El Millonario luchó de entrada, fue más y en el segundo tiempo hasta se dio tiempo para los lujos.

El JM Minella fue escenario de un primer tiempo ciclotímico, con un par de goles, algunos destellos de calidad, muchos errores, momentos vibrantes y otros para dormirse. Dignos de un superclásico en el que dos equipos se juegan mucho, pero a la vez no consiguen disimular que vienen de una dura pretemporada.

Ni siquiera se habían acomodado cuando Rodrigo Rojas comenzó a ilusionar. Corrían tres minutos y pico cuando el paraguayo le ganó a su compatriota Morel Rodríguez y encaró de derecha a izquierda, aprovechó la pasividad de la defensa xeneize, disparó y gozó con su primer gol en River porque a Abbondanzieri le pasó el balón por abajo.

Boca no desesperó, porque estaban en el amanecer del partido y porque se dejó llevar por Riquelme. Al reaparecido ´10´ se lo notó activo, con ganas de ser el patrón del juego. Nicolás Gaitán mostró movilidad, atrevimiento y buenas gambetas, pero le falta experiencia y Palermo... Fue Palermo. Porque a los 30, en una contra de Boca que terminó en falta a Román, el enganche metió una pelota exquisita y el Titán la clavó de cabeza en un ángulo.

El partido hasta ahí era parejo y las situaciones se habían repartido casi en partes iguales.

El volátil Villalva, que había tenido una clara en la primera parte, a los 2 del ST encaró a Abbondanzieri después de un grueso error de JC Cáceres y le acertó a uno de los palos.

Pero a los 10, Abelairas lanzó un tiro libre, Funes Mori cabeceó solo pero débil, el Pato volvió a fallar, le dejó el rebote y en segunda instancia el joven delantero no falló. River era mejor y aprovechaba todas las ventajas.

Así, el insistente Funes Mori casi vuelve a marcar a los 15. Y 4 minutos después el chiquito Villalva (17 años), la figura de la cancha, cortó al medio a toda la defensa de Boca y clavó el 3-1. Ya con River floreándose, F. Mori erró el cuatro de manera increíble y unos segundos después Abbondanzieri le ahogó el grito a Ahumada. No al hincha de River, que vivió una verdadera fiesta.