Una potente réplica hizo revivir el infierno en Puerto Príncipe. El suelo rugió fuerte, las ruinas temblaron y la gente salió en estampida a las calles. Apenas duró unos segundos. En realidad, muchos están a cielo abierto con lo cual no había desgracia que temer, pero hay aún gente viviendo en los edificios en ruina y entre los escombros.

El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) registró la réplica en la magnitud 6,1 en la escala de Richter. El epicentro fue localizado a 9,9 kilómetros de profundidad y a 42 kilómetros al noroeste de Jacmel, una de las localidades más afectadas por el sismo de hace una semana, y a 60 de Puerto Príncipe.

El terremoto del pasado 12 de enero -cuyo epicentro se registró a 10 kilómetros de profundidad y a 15 kilómetros de la capital- afectó a los 20 municipios del departamento de Oeste y a los 10 del departamento de Sureste. Causó al menos 75.000 muertos, 250.000 heridos y más de un millón de personas sin hogar.

El número de muertos recogidos en las calles oscila entre los 75.000 y los 80.000. Los rescatistas son conscientes de que aún se sacarán muchos cadáveres de los escombros y de que muchas familias han enterrado a sus muertos en sus jardines. Pero la inmensa mayoría de las víctimas yace en fosas comunes. No se sabe cuántas son.

En medio de tanta desgracia permanente, el milagro: una beba de 23 días fue rescatada viva de las ruinas de una casa en Jacmel, ciudad del sur de Haití. También rescataron con vida a una mujer de 69 años tras 7 días entre los escombros (ver aparte).

La ayuda está distribuyéndose un poco mejor, aunque hay aviones norteamericanos que lanzan comida desde el aire. Los marines buscan el control de Haití y los ´cascos azules´ dispersan con violencia a cientos de haitianos. La ONU comenzó a contratar trabajadores para limpiar las calles de la capital.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ya contrató a 385 personas -hombres y mujeres- para las tareas de limpieza. Se les paga un sueldo de 3 dólares diarios y el plan es contratar a un total de 200.000 personas para fines de febrero, añadió.

El vocero del Programa Mundial de Alimentos, David Orr, dijo que desde el jueves pasado hasta hoy se han repartido 200.000 raciones de galletas de alto contenido energético, elaboradas especialmente para la ONU. Cada ración contiene 20 galletas y se asignan tres por persona.