Jueves 21 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 24 > Internacionales
ANALISIS: Ordenar la "tropa propia"

El haber perdido la "super mayoría" en el Senado, obliga a Obama a pensar en nuevas estrategias, para no quedarse con las manos completamente atadas en el Congreso.

Y ninguna de las fórmulas para una solución le resultan atractivas, pues escoja lo que escoja, tendrá que mostrar mayor disposición al compromiso con los republicanos, o de lo contrario le queda la vía de la confrontación abierta.

"Obama y su partido no entienden lo que está ocurriendo en el país", aseguró Andrew Card, jefe de gabinete en la Casa Blanca con el republicano George W. Bush. Y podría tener razón. Ya antes de la derrota en Massachusetts hubo muchos indicios de que la luna de miel había acabado desde hace tiempo para Obama y los demócratas.

La creciente insatisfacción con la situación económica y la elevada tasa de desempleo, el enojo por el dinero para rescatar los bancos o el temor a las intervenciones estatales en el sistema sanitario. Y todo ello se reflejaba no sólo en una pérdida de popularidad para Obama. En noviembre pasado perdieron dos importantes elecciones en Virginia a manos de los republicanos, cuya autoestima creció de forma meteórica.

El demócrata Joe Trippi, que en 2004 gestionó la campaña para la candidatura de Howard Dean dijo que no se ha comprendido, dijo, cuán acusada es la desafección con las instituciones y la clase gobernante en el país. Obama lo comprendió durante la campaña electoral, "pero no ha sabido reconocer lo que ha ocurrido desde que él es presidente".

A Obama y a los demócratas no les queda mucho tiempo para profundas reflexiones y menos para echarse las culpas. En noviembre próximo se celebrarán las elecciones para el Congreso y el partido en el gobierno suele "sangrar" en estos comicios a mitad de mandato, dos años después (y antes) de las elecciones presidenciales. Y tras la derrota del martes, es de esperar una "sangría".

¿Y qué puede hacer Obama? Si se acerca a las posturas de los republicanos, para al menos poder salvar un par de elementos de su ambicioso proyecto de política interior, irritará por completo a las bases liberales, ya decepcionadas.

Si opta por el camino de la confrontación tampoco podrá este año sacar adelante ninguna ley importante.

El ex jefe de los demócratas Terri McAuliffe recomienda al gobierno y al partido centrarse en la creación de puestos de trabajo, y abogar más por "las pequeñas personas". También David Axelrod, uno de los principales consejeros de Obama, considera que este tipo de perfil populista sería correcto.

Pero escoja el camino que escoja Obama una cosa queda clara: nada funcionará si los demócratas en el Congreso no participan. La poca disciplina de partido ya causó bastante daño. Muchos opinan que Obama primero tiene que poner firme a su propia gente para evitar más erosiones devastadoras. (DPA)

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí