A pesar de las tensiones entre el Vaticano y los judíos, el papa Benedicto XVI realizó hoy una visita a la principal sinagoga de Roma.En esta visita, calificada de histórica, el Papa pidió expresamente un diálogo más profundo entre católicos y judíos y mayor concordia.
En la recordación del Holocausto, el "punto de inflexión del odio" de un mundo que negó a Dios, la comprensión y el respeto de los unos hacia los otros debería fortalecerse, sostuvo.
Sobre todo, la polémica en torno al papa Pío XII enturbia actualmente la relación de los judíos con el Vaticano.
"Pero podemos avanzar juntos, conscientes de nuestras diferencias", dijo el Sumo Pontífice. Al igual que hiciera su antecesor, Juan Pablo II, en 1986, Benedicto cerró su discurso con un salmo en hebreo.
El proceso de beatificación de Pío XII, impulsado por Benedicto XVI, desató fuertes críticas en diciembre. Muchos judíos acusan a Pío XII de haber callado ante el Holocausto y no haber hecho lo suficiente contra la persecución a los judíos. Benedicto XVI defiende a Pío XII.
El rabino Riccardo Pacifici hizo referencia al controvertido Papa (1939-1958) en su discurso. Habló de la oportunidad perdida de la Iglesia de haber dado a los judíos deportados a Auschwitz una señal de solidaridad humana antes de su muerte.
Benedicto no hizo referencia al debate en torno a su antecesor, pero subrayó varias veces iniciativas "muchas veces discretas y ocultas" del Vaticano para salvar a los judíos de la persecución en la Segunda Guerra Mundial.
Un "punto de referencia firme" del futuro común de católicos y judíos es el Concilio Vaticano Segundo (1962-1965), con sus reformas y su apertura a otras religiones, destacó Benedicto, desmarcándose de la archiconservadora Fraternidad Sacerdotal San Pío.
El Papa se acercó a principios de 2009 a los miembros de la Fraternidad, que se distanció del negacionista Richard Williamson. A los miembros de la Fraternidad se los acusa, entre otras cosas, de querer revertir las reformas del Concilio.
Benedicto XVI depositó un ramo de rosas rojas frente a una placa que conmemora a los más de 1.000 judíos que fueron deportados en Roma por los nazis en 1943.
Después, el jefe máximo de la Iglesia Católica ingresó en la sinagoga acompañado por el rabino supremo Riccardo Di Segni.
Más tarde, el Papa se reunió con miembros de la comunidad judía dentro del edificio de la sinagoga, en una visita que tiene lugar 24 años después de que el papa Juan Pablo II se convirtiera en el primer pontífice de la era moderna en pisar un templo judío.
Antes, durante el Angelus, Benedicto XVI dijo que su visita marcaría otro "hito en el camino hacia la concordia y la amistad entre cristianos y judíos" y destacó que ambas comunidades religiosas están unidas "por encima de todo por la fe en un único dios", aunque también comparten la preocupación por la vida humana, "la justicia social y la paz", aseguró.
La visita del máximo representante de la Iglesia católica ha generado divisiones en el seno de la comunidad judía italiana, cuyo líder espiritual Giuseppe Laras dijo que boicotearía el evento a raíz del anuncio pontificio de la beatificación del papa Pío XII.
El rabino supremo comentó que podría abordar el delicado asunto en conversaciones privadas con Benedicto poco después de la principal ceremonia en la sinagoga.
DPA.