SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La primera feria franca de horticultores culminó con un gran éxito pero mucho más rápido de lo esperado. En una hora y media el público "arrasó" con todo lo que se ofreció a la venta. Se vendieron especias, variedad de verduras con hojas, arvejas, habas y varias clases de zapallos, entre otros productos. También se vendieron especies en macetas. La feria se volverá a organizar el sábado 30 de enero, a las 11, en la plaza Belgrano de esta ciudad.
La "Feria Franca de Horticultores Nahuel Huapi" se organizó bajo el lema "consuma local y natural" y propone ser una alternativa sana y nutritiva para la alimentación familiar. Es organizada por los productores de Villa Llanquín, Ñirihuau, Dina Huapi, Colonia Suiza, Villa Mascardi y El Manso y los barrios barilochenses El Frutillar y Pilar I. La feria tiene el auspicio del INTA y el municipio local, entre otros organismos oficiales.
Ayer los únicos beneficiados fueron los que llegaron temprano. A las 11 comenzó la venta y los presentes reconocieron que varios productos desaparecieron de los stand. Ingrid Tröstl, de El Manso, dijo que hasta vendió todas las especias que trajo. "En El Manso la fruta y verdura viene lenta, no pude traer muchas cosas. Pero todo lo que ofrecí se vendió", explicó. También Oscar Lanfre, del mismo paraje, se mostró entusiasmado con la iniciativa y estimó que en la próxima edición traerán más productos.
La feria fue muy bien organizada. Todos vendían a los mismos precios, había una globa en la cual se proyectaban videos del INTA, con explicaciones y no faltaron los baños químicos. Cada productor tenía un stand, los cuales fueron aportados por una ONG local y también balanzas. Los precios de venta fueron similares a los de las buenas verdulerías de la ciudad.
Bárbara Villamil, de Dina Huapi, explicó que tiene una huerta y que es la primera vez que ofrece sus productos al público. Calificó la experiencia de "muy positiva" y prometió estar presente e la próxima edición.
La feria está organizada entre productores y técnicos, en un espacio de participación y toma de decisiones compartido. En la misma se tiene la posibilidad de adquirir productos frescos, en forma directa del productor. Los productos no tienen sistema de congelado previo y tampoco son tratados con químicos o fertilizantes. Otro hecho positivo fue que en los stand no se entregaban bolsas plásticas ni envases cada comprador debía concurrir con su bolsa para realizar las compras.
La agricultura en la zona de los lagos cordilleranos se remonta a la época en la que se establecieron los indígenas, quienes cultivaban en pequeños huertos ubicados en terrenos húmedos maíz, papa, quinoa, calabaza, habas y ají. Más adelante, con la llegada de los inmigrantes europeos se fue consolidando la huerta llegando a cultivarse importantes superficies y mayor cantidad de especias como trigo y cebada. Hasta los años 70 existió el mercado municipal donde los productores locales llevaban a comercializar sus hortalizas.