Pablo Busín fue el segundo mejor argentino en motos del Dakar y no faltaron los micrófonos y las cámaras en su llegada en Bolívar. Con barba de días, ojeras por el mal dormir y mucha tierra, el valletano contó que fue su moto "criolla" la que lo hizo llegar, cuando muchos le auguraban otra suerte.
El nativo de Regina comentó que "cuando fuimos a la técnica, los extranjeros miraban mi moto y me aseguraban que no iba a aguantar la exigencia a la que nos sometería el Dakar".
"Me siento reconfortado porque con un equipo ciento por ciento regional, donde mi señora y mi hermano Guillermo cumplieron un papel importantísimo, pudimos demostrarles a todos que con nuestra moto criolla dimos la vuelta al Dakar".
Ayer, en la última etapa, llegó en el puesto 68 y quedó 50 en la general, con un crono acumulado de 71h42m37s. El mejor criollo fue Francisco Bollero, porque quedó 31 después de un trajinar de 64h37m52s.
Busín destacó que su mejor etapa fue " la de Copiapó. Terminé 32 pero me di cuenta que si seguía castigando la moto no llegaba. Los mecánicos trabajaron toda la noche. Si hubo que cambiar hasta el motor. Fue cuando comprendí que tenía que plantear de otra forma lo que quedaba y por suerte pude cumplir".
También dijo que con las anécdotas que vivió podría "escribir un libro" y aclaró que "lo más emocionante fue lo de la gente".