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El mercado del carbono afianza su estrategia | ||
Se aceleran los plazos para su implementación con el objetivo de proteger el planeta del calentamiento global. | ||
En el Congreso Forestal Mundial realizado en Buenos Aires del 19 al 23 de octubre del año pasado, especialistas extranjeros analizaron la cuestión del llamado mercado del carbono, consistente en la creación de un fondo de inversión para la captura del carbono. El Congreso se reunía en un marco de continuas advertencias y voces de alerta mundial sobre la deforestación de los bosques naturales y, en particular, de la región del Amazonas y de la cuenca del río Congo en África, además de las deforestaciones ocasionadas por el avance de la soja y la palma en zonas de Sudamérica y de Asia y la competencia sobre el territorio por el crecimiento demográfico y la pobreza. Christian Roxkemann de Munich, Alemania, Olivier Mushiete del Congo y Martin Perrier, Adeline Giraud y Thomas Dufour de Francia expusieron en el Congreso Forestal Mundial realizado en Buenos Aires sobre sus trabajos y los de otros expertos en materia del carbono y el mercado del carbono. Formaron parte distintos organismos o empresas privadas forestales así como empresas de seguros que participan activamente en las discusiones sobre los mecanismos conducentes a la creación de un mercado de capitales del carbono, destinado a proteger el bosque mediante incentivos contra la deforestación. Hasta el presente, la FAO ha ido definiendo conceptos respecto a lo que debe entenderse sobre deforestación, fragmentación, reforestación, así como a la definición de bosques y otras masas boscosas, tendientes a facilitar la legislación o protocolos que se acuerden a nivel internacional. Existe un Comité Ejecutivo del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDP) que ha aceptado hasta el momento 17 metodologías, 3 proyectos validados, dos registrados y más de 40 proyectos de forestación y reforestación que están en proceso de validación. Existe un mercado voluntario, no regulado, que ha instaurado estándares (VCS, Carbón Fix, Plan Vivo, CCB, etc.) y ha impuesto un alternativa real y complementaria de los mercados regulados de la "era de Kyoto". Existen por otra parte diferentes opciones, como el paquete "Energía-Clima" de la Unión Europea y la ley Waxman en Estados Unidos, tendientes a crear un mercado de créditos forestales. Los proyectos forestales aprovechan estas nuevas oportunidades. El mercado voluntario permite que ideas innovadoras y ejemplares desde el punto de vista medioambiental y social se desarrollen. Su calidad puede estar garantizada por estándares reconocidos. Proyectos más complejos como los REDD son apoyados ya por mecanismos "pilotos" como los fondos de cooperación para el carbón Forestal (FCPF) del Banco Mundial. (M. Perrier, Clement Chenost, Yves Marie Gardette, André Aquino y otros)
Los bosques como capitales financieros El llamado efecto "portfolio forestal" no es realmente bien comprendido. Mientras los riesgos son de carácter individual, el valor y el rol del carbono ocupan completamente la cartera forestal. Mientras que los analistas de los bosques se centran en unidades de manejo, la realidad es que los holdings forestales conforman una verdadera cartera. El efecto portfolio expresa el hecho de que la estabilidad en comunidades tales como la productividad de la biomasa crece generalmente con la diversidad de las especies, simplemente debido al promedio estadístico de las fluctuaciones en las propiedades de las especies. Comprender dicho efecto es imperativo, ya que los bosques poseen un valor financiero y el capital privado se encuentra cada vez más involucrado. Basado en el modelo de riesgo GUMP, de inversiones forestales, el denominado efecto portfolio de los típicos holdings forestales es analizado y sus resultados, presentados. El análisis está hecho a nivel individual y general y en ambos casos los impactos de riesgo son indicados y cuantificados. Las categorías de riesgo incluyen tanto riesgos bióticos como abióticos, así como también precio y riesgos de mercado de bosques madereros y de tierra, junto a factores de riesgo inherente al país, como puede ser el tipo de cambio. El modelo de riesgo GUMP emplea diferentes efectos de crecimiento biológico y los riesgos son estructurados según las limitaciones o retrasos, incluyendo las pérdidas parciales o totales, dependiendo de su probabilidad y momento en el que puedan ocurrir. La investigación muestra que los capitales forestales conllevan un riesgo significativamente distinto así como un perfil de ganancia bien diferenciado y por lo tanto precisan de una estrategia de gestión específica que los apoye. La "cuantificación" de esta temática es esencial no sólo para transacciones forestales, gestión y decisiones de inversión sino que es crítica en cuanto a las discusiones relativas al carbono. El máximo de pérdida posible ilustra los verdaderos riesgos y pueden constituir una base crítica para manejo de riesgos y soluciones de seguro. Comprender estas medidas es relevante no sólo para el sector financiero sino también para los gobiernos y las políticas y estrategias necesarias para la reforestación y programas dentro del contexto de cambio climático. (Dr. Christian Rockeman, Glebb C Tott, Kay Wossidlo, Hannah Powarcinsky, First Forest Gmbg, Munich, Alemania)
El proyecto Sumideros de carbono Peugeot-ONF Un año después de la firma del Protocolo de Kyoto, el proyecto Sumideros de carbono Peugeot se lanzaba en cooperación con la Oficina Nacional de Bosques (ONF) en la provincia brasileña de Mato Grosso. Su objetivo era, bajo una óptica de secuestro (captura) de carbono, reconstituir la cubierta forestal perdida a causa de la presión antrópica ligada al desarrollo de la ganadería bovina en la región. Además de ser precursor, el proyecto ha demostrado su carácter innovador a lo largo de sus diez años de experiencia. En efecto, las 2.000 hectáreas de plantaciones forestales establecidas en el marco del proyecto han sido realizadas con cerca de 50 especies diferentes de leñosas, locales en su mayoría. Esta multiplicidad de especies ha permitido además desarrollar el carácter pedagógico del proyecto gracias al estudio del comportamiento de diversas esencias en términos de secuestro de carbono en cooperación con organismos nacionales e internacionales. Preocupados por trabajar de manera creíble y transparente, Peugeot SA y ONF han seguido los estándares de alta calidad para ese tipo de actividad, como los desarrollados en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDP). (Adeline Giraud, Thomas Dufour, ONF Internacional)
Dióxido de carbono en aumento El dióxido de carbono (CO2) es un gas incoloro, denso y poco reactivo. Forma parte de la composición de la topósfera (capa de la atmósfera más próxima a la Tierra) actualmente en una proporción de 350 ppm (partes por millón). Su ciclo en la naturaleza está vinculado al del oxígeno. El balance del dióxido de carbono es sumamente complejo por las interacciones que existen entre la reserva atmosférica de este gas, las plantas que lo consumen en el proceso de fotosíntesis y el transferido desde la topósfera a los océanos. El aumento del contenido de dióxido de carbono que se verifica actualmente es un componente del cambio climático global y posiblemente el mejor documentado. Desde mediados del siglo XIX hasta hoy, el aumento ha sido de 80 ppm. Se estima que este incremento es causado por una concurrencia de factores entre los cuales el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y derivados, gas) y las quemas con fines agrícolas pueden señalarse como los más significativos. Se calcula que este aumento del nivel de dióxido de carbono ocasione cambios climáticos considerables. El incremento de emisiones de CO2 es resultado directo de la industrialización. La combustión de carbón para producir energía eléctrica produce CO2 así como el transporte terrestre, marítimo y aéreo. Cada uno de los vehículos de EE. UU. (se calcula que hay unos 232 millones de ellos) produce 5,4 toneladas de CO2 al año, mientras que en el Reino Unido esa proporción es de 2,6 toneladas y en India de 0,3 toneladas. Las plantas y los árboles contrarrestan de forma natural las emisiones al incorporar CO2 a sus tejidos y liberar oxígeno a la atmósfera. Pero anualmente se talan unos 13 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo, de modo que cada vez se neutraliza menos carbono. 240 árboles son necesarios para absorber el CO2 emitido por un auto cada año. El cambio climático provoca las alteraciones producidas en los patrones de las lluvias, que han originado constantes períodos de escasez de agua en muchas regiones, como en África, y la alternancia de sequías e inundaciones en la Argentina más frecuentemente.
Por Carlos Ceballos Guzmán infofrut@speedy .com.ar | ||
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