El 16 de noviembre a la madrugada comenzó el periplo, la peregrinación de mi madre por el hospital público de Cipolletti. Al no haber cama disponible fue trasladada directamente a la ciudad de General Roca, a una clínica privada.
El cuadro -enfisema pulmonar- se fue agravando.
He estado en contacto con familiares de abuelos que tienen cuadro similares y ¡qué coincidencia!, muchos de los enfermos son de localidades lejanas.
Pregunto: ¿por qué será? O la clínica concentra los mejores médicos de la región, algo de lo que no me cabe la menor duda, o a Roca la han transformado en una ciudad turística de pacientes longevos y enfermos, con el agravante de sacarles el dinero a los familiares, que en muchos de los casos tienen que trasladarse en micro y que no tienen para la estadía.
¿No hay clínicas en Cipolletti, en Neuquén? ¿O cuál es el negocio?
Esta obra social ya viene arrastrando una historia a nivel nacional no muy honesta en su accionar. Debería la Justicia investigar en la región los fondos y contrataciones con las clínicas y el sector farmacéutico. Esta organización, que la maneja a gusto el gobierno nacional, haciendo de sus recursos un festín, para que luego los socios y familiares sigan erogando gastos ya realizados durante años y años.
Los afiliados se sienten impotentes ante tamaña estafa y defraudación. No tienen los remedios en tiempo y forma, tienen que caminar como si estuvieran pidiendo limosna por los pasillos de las clínicas y las oficinas del PAMI.
No se respeta a nuestros abuelos, no se los toma en cuenta. A ellos, que han entregado toda su vida a que este país creciera, justo en sus últimos años, cuando desde el Estado y la sociedad se debería hacer efectivo el reconocimiento, sucede todo lo contrario: les faltamos el respeto, los maltratamos y no les damos solución a sus problemas.
Éste no es el país que ellos y nosotros queremos para nuestros hijos y nietos; queremos una sociedad con ideales de respeto a nuestros mayores, partiendo de las instituciones que están comprometidas como el Estado, el PAMI y tantas instituciones.
Una nación crece cuando respeta a sus mayores, desde la salud y la alimentación, vivienda y seguridad. Pero sobre todo, allanándoles el camino a nuestros abuelos para que tengan una vida digna, y que no sea sólo una utopía, que sea una realidad.
Pido a los responsables de esta obra social el respeto mayúsculo que se les debe a nuestros mayores, ellos son los que han aportado durante toda su vida para ser atendidos como se merecen.
Allanarles el camino a ellos no sólo es respetarlos sino que es respetar a la familia en general.
Miguel Ángel Henríquez
DNI 10.868.858
Neuquén