El ministro de Agricultura Julián Domínguez defendió ayer la política de intervención del gobierno en el mercado de trigo aunque admitió que no hay precio y que faltan compradores.
En una charla con periodistas en el Salón Gris de la cartera de Agricultura, Domínguez dijo que "tenemos como concepción la Doctrina Social de la Iglesia" y señaló que "intervenimos donde es necesario".
Acompañado por Lorenzo Basso, el viceministro, y el subsecretario de Agricultura, Oscar Solís, el jefe de Agricultura adjudicó principalmente a la sequía de que la última campaña triguera haya presentado la menor superficie sembrada en 100 años.
El ministro dijo que los reclamos de los productores "tienen verosimilitud", al indicar que "tienen razón" cuando reclaman por la falta de precio y la falta de operaciones en el mercado de trigo. "Son dos presupuestos que son absolutamente ciertos. Esto da como conclusión que el productor triguero tenga un problema de financiamiento", añadió Domínguez, aunque desligó responsabilidad en la situación.
El funcionario recordó que Argentina debe mantener un cupo de 6,5 millones de toneladas de trigo para consumo interno acordado el 10 de setiembre con el fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Por ello, consideró que el gobierno podría estar en condiciones de autorizar 1 millón de toneladas sin afectar ese acuerdo. (DyN)