VIEDMA (AV).- Un joven de 21 años se quitó la vida ayer en el interior de una celda de la Unidad Primera de la policía, ubicada en pleno centro de Viedma. El muchacho había tenido una discusión con sus padres en el domicilio de éstos, por lo que se convocó a personal policial para que interviniera y lo calmara.
Según se supo, a simple vista los efectivos pudieron determinar que el hombre estaba alcoholizado. Sin embargo, en lugar de ser llevado a un centro asistencial, fue dejado en un calabozo, siguiendo las pautas normales para cualquier detención por incidentes o agresiones menores.
Pasadas las 12 de ayer quedó registrado el ingreso a la unidad. A las 14.15, en el cambio de guardia, un efectivo policial que recorría el sitio para verificar la situación de los demorados detectó que el muchacho estaba atado con su campera a la sólida litera en el calabozo donde se lo había alojado. La prenda de vestir estaba sujeta a la estructura y atada al cuello del hombre, quien ya no tenía signos vitales.
Rápidamente se alertó al Hospital, situado a pocas cuadras, y mientras la policía intentaba la reanimación arribó el personal del nosocomio a darle asistencia. Sin embargo, toda intervención fue en vano ya que el joven estaba sin vida.
Cuando sus familiares llegaron al Hospital y confirmaron la noticia de su muerte, entraron en shock y provocaron un escándalo, exigiendo explicaciones. Mientras tanto, en sede policial se iniciaron las acciones administrativas tendientes a determinar si existió responsabilidad o acción negligente por parte de los efectivos que intervinieron en el procedimiento de detención y posterior alojamiento del hombre.
También se presentaron en el lugar la fiscal de turno, Daniela Zágari y, posteriormente, el juez de la causa, Carlos Reussi, para iniciar las acciones judiciales tendientes a echar luz sobre lo acontecido.
Aunque los datos filiatorios de la víctima no trascendieron, se supo que los incidentes en el domicilio de sus padres ocurrieron en un pasaje llamado Mapuches, que se encuentra entre el bulevar Sussini y la calle Hilario Lagos, entre Alberdi y Guido.
Hasta allí llegaron los efectivos para intervenir en el incidente familiar y contener al muchacho ebrio. Sin embargo, lo que debía ser un operativo rutinario sin mayor trascendencia desencadenó una tragedia.
Se investiga si existió responsabilidad administrativa o judicial de quienes intervinieron en el operativo y el alojamiento.