Haití se siente orgulloso de sus orígenes heroicos. Hace más de dos siglos, los esclavos se levantaron en el oeste de la isla caribeña de La Española contra sus colonizadores franceses, derrotaron al Ejército de Napoleón y fueron los primeros en Latinoamérica en lograr la independencia para su país, en 1804.
Sin embargo, desde ese entonces la historia fue menos gloriosa. Estuvo impregnada de emperadores de opereta, golpistas, dictadores e intervenciones extranjeras. Estados Unidos envió tropas al país varias veces. De los gobernantes del siglo XX, los más recordados son los de la familia Duvalier. François "Papa Doc" Duvalier (1907-1971) y su hijo Jean Claude "Baby Doc" (nacido en 1951) lideraron entre 1957 y 1986 un régimen de terror.
Las esperanzas en Haití fueron grandes cuando Duvalier huyó al extranjero, asolado por las revueltas causadas por el hambre.
Sin embargo, en vez de una democracia se continuaron un putsch militar detrás del otro, mientras que el caos político y un embargo comercial aniquilaron el turismo y la industria.
Tampoco la elección del sacerdote de los pobres Jean Bertrand Aristide como presidente a fines de los 90 trajo cambios. Tras pasar apenas siete meses en el cargo, los militares lo destituyeron en septiembre de 1991 y lo enviaron al exilio.
En 1994 se intentó un nuevo comienzo con ayuda internacional: el presidente estadounidense Bill Clinton envió 20.000 soldados que llevaron de regreso a Aristide. Se convocaron misiones de la ONU y se cerró un paquete multimillonario, pero el país no salió adelante.
Bajo Aristide y su sucesor, René Préval (1996-2001), no había, alternativamente, un gobierno en funciones o Parlamento, por lo que no se pudieron recibir las ayudas.
La falta de instituciones estables es considerada uno de los mayores problemas para el desarrollo de Haití. La corrupción y la falta de sentido colectivo, problemas presentes en muchos países de América Latina, son aún más agudos en Haití, según diplomáticos y cooperantes. Los políticos haitianos piensan más en cómo perjudicar al contrincante que en cómo proteger al país.
La primera etapa del resurgimiento democrático terminó con el cambio de siglo. En las elecciones comunales del 2000 hubo manipulaciones. Por eso, la oposición no se presentó a las elecciones presidenciales en noviembre, en las que Aristide fue elegido para un segundo período.
Sin embargo, a la segunda presidencia de Aristide le faltó legitimidad. Los opositores se quejaron de brutales ataques por parte de los seguidores de Aristide.
Los festejos por el 200º aniversario de la independencia, el 1º de enero de 2004, se vieron ensombrecidos por la violencia. Dos meses después, tras las sangrientas protestas y por presión de Francia y Estados Unidos, Aristide tuvo que exiliarse en Sudáfrica.
Con ello comenzaron los esfuerzos internacionales para un nuevo inicio. Desde el 2004, la misión de la ONU en Haití, la Minustah, intenta estabilizar el país. El principal contingente entre los 7.000 Cascos Azules es de Brasil.
Tras un período de transición, Préval fue elegido presidente en el 2006 en elecciones consideradas limpias. Su gobierno resultó ser poco estable y el primer ministro cambió varias veces. La violencia se redujo algo gracias a los Cascos Azules. Sin embargo, Préval al menos tiene perspectivas de poder entregar el mando regularmente a su sucesor en el 2011.
KLAUS BLUME
DPA