El análisis de la situación política, por ahora sin consecuencias inmediatas en lo económico, nos plantea severos interrogantes.

Nos preguntamos si es válido el pagar a organismos internacionales para que el país vuelva a tener acceso a créditos blandos y seguramente diremos que sí. Nos preguntamos si muchos de los que critican el accionar del gobierno fueron incapaces a la hora de conducir el país y también seguramente diremos que sí.

Seguiremos interrogando si es posible que un funcionario nombrado por un gobierno pueda contradecir a quien lo puso en funciones y mantenerse en su puesto y seguramente diremos que no. En el mismo sentido nos planteamos si puede estar un vicepresidente en funciones si no comparte el accionar de su gobierno y la contestación será negativa.

Las respuestas a los interrogantes parecen fluir fácilmente desde el sentido común y desde aquí podemos decir que esta distorsión de la cosa pública tiene varios comprometidos pero aparece un gran responsable.

Aquí llega la pregunta final: ¿puede el gobierno de los Kirchner, como máximo responsable de los destinos del país, en función de políticas que muchas veces hemos compartido, avasallar leyes, decretos y constituciones? Y la respuesta desde el sentido común también fluye fácilmente.

Y decimos no, desde lo institucional, lo político y desde la democracia como forma de vida.

Y lo decimos aceptando que es muy difícil gobernar un país que no encuentra el rumbo y entendemos que ejercer el poder puede también ser confrontar, aunque nos guste más consensuar. Pero tenemos en claro que el apego a la ley y a las instituciones es la forma que da crecimiento sólido, inquebrantable, aunque aparezca lento, difícil de transitar y perturbador.

Llamamos a la reflexión a todas las dirigencias.

Ing. Ernesto Epifanio

Sec. Bloque Redes

Roca