Las estadísticas de salud en las comunidades indígenas de Latinoamérica son alarmantes, denunció el jueves la ONU, destacando los altos niveles de desnutrición, mortalidad infantil y alto porcentaje de cáncer en algunos de estos pueblos.
La discriminación, la pobreza y la falta de acceso a la medicina tradicional amenazan seriamente el estado de salud de los pueblos indígenas en Latinoamérica, dijo la ONU en su primer informe sobre el estado de las comunidades indígenas del mundo.
La publicación denuncia que en Ecuador el porcentaje de cáncer entre los indígenas que viven en zonas petroleras es treinta veces mayor que la media nacional, según datos de reportes recientes.
``El cáncer de riñones y de piel, es quince veces mayor, y el de estómago, cinco veces mayor'', señala el informe, elaborado por siete expertos independientes y producido por la secretaría del Foro Permanente de las Naciones Unidas para Cuestiones Indígenas.
Los expertos de la ONU denunciaron ``la falta de responsabilidad'' de las empresas petroleras en zonas como la Amazonia ecuatoriana.
``Estas empresas no abordan los mecanismos que pueden prevenir las enfermedades y no asumen los costes de remedios como la quimioterapia'', dijo Myrna Cunningham, presidenta del Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en Nicaragua.
Cunnigham dijo a The Associated Press que los indígenas en Latinoamérica representan el 15% de la población de la región.
Entre los problemas a destacar en el sector de la salud para estas comunidades, la experta denunció los altos índices de mortalidad entre mujeres embarazadas indígenas en países como Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Una de las razones, dijo, es la desconfianza mutua entre el sistema de medicina tradicional, que discrimina en muchas ocasiones a los indígenas, y las propias embarazadas.
El reporte señala también que en Venezuela, los indicadores de salud son significativamente más bajos en el estado de Amazonas, donde habitan 20 pueblos indígenas distintos. La tasa de mortalidad infantil en la zona es de 43,9 por cada 1.000 nacidos vivos, frente a una media nacional de 19 por cada 1.000 nacidos vivos.
Cunnigham también mencionó las enormes diferencias en la esperanza de vida entre indígenas y no indígenas: en Guatemala es de 13 años en las comunidades indígenas, mientras que en Panamá es de 10 años y en México de seis años.
El reporte, que fue presentado en la sede de la ONU en Nueva York, también analizó el estado de los pueblos indígenas de todo el mundo. Indicó que mientras éstos constituyen 370 millones de personas en el mundo, representan un tercio de los 900 millones de personas en zonas rurales que son extremadamente pobres.
AP