La entrada de inmigrantes a España y su incorporación al mercado laboral cayó considerablemente en el 2009 debido a la crisis y el gobierno estima que ha terminado el "ciclo" de la "década prodigiosa" para los extranjeros y comienza otra con menos llegadas.
"Se ha puesto fin a un ciclo importante y ahora vivimos una transición hacia otro período con un nivel de cualificación más elevado de las personas que vengan", declaró la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí.
En la presentación del Anuario de la Inmigración en España 2009, uno de sus directores, Joaquín Arango, indicó que "cabía pensar que la crisis pusiera fin al excepcional período de crecimiento, la llamada ´década prodigiosa´ de la inmigración en España".
España tiene una población de 46 millones de habitantes (frente a los cerca de 40 millones al inicio del siglo), el 12% de ellos extranjeros, que han llegado mayoritariamente en los últimos 15 años. Rumí reveló que en el último año llegaron a España unas 10.000 personas por cauces legales, frente a los 136.000 contratados legalmente en sus países de origen durante el 2008 y 178.000 en el 2007. A ellas se suman las 7.000 que llegaron ilegalmente, frente a 14.000 en el 2008 y un récord de 31.600 sólo a las islas Canarias en el 2006.
El desempleo, que afecta actualmente al 18% de la población activa española y al 27,5% de los inmigrantes, aumentó considerablemente entre los extranjeros en los dos años de la crisis (2008 y 2009) debido a "una entrada" en el 2008 "de activos en el mercado de trabajo que continuaba como en los mejores años de la expansión económica" a pesar de la recesión, según Josep Oliver.
Oliver, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los directores del Anuario, calcula que la entrada de inmigrantes en el mercado de trabajo en España pasó de 480.000 en el 2008 a 80.000 en el 2009. Así, en el primer semestre del 2008 se incorporaron a trabajar 300.000 inmigrantes y en el segundo, 180.000. Y en la primera mitad del 2009 lo hicieron 90.000 pero en el segundo han salido 10.000. Estas cifras indican que en estos dos años el 70% del desempleo inmigrante (300.000 personas) se debió a las nuevas llegadas.
"El grueso de la caída ocupacional de inmigrantes" estuvo entre octubre del 2008 y marzo del 2009 y "desde marzo no se ha destruido empleo" en este colectivo, por lo que "lo peor de la crisis ha pasado" para ellos y "la tasa de paro inmigrante se estabilizará", explicó.
Los más afectados fueron los empleados en el sector de la construcción, el más golpeado de la crisis en España por haber estado hiperdesarrollado en la última década. Frente a ellos, a las trabajadoras extranjeras no les ha afectado prácticamente el desempleo, según Oliver.
Otro dato positivo en medio de la recesión es que "el pronóstico que no se ha cumplido es que la crisis iba a generar grandes presiones sociales e incitaciones xenófobas; hay que felicitarse de que esto no haya ocurrido. La crisis ha corroborado este tenor sosegado y maduro de la sociedad española" frente a los inmigrantes, según Arango.
Frente a este panorama, Oliver llamó a no olvidar que "el agujero demográfico en España continúa" y que "tras la crisis, la inmigración volverá a ser necesaria".
ELISA SANTAFE