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Qué hacer con los chicos durante las vacaciones | ||
¿Cómo mantenerlos ocupados? Ésa es la principal pregunta de todos los padres. Este temor a veces es por la dificultad que existe para relacionarse con ellos. | ||
Lo esperable es que cuando llegan las tan ansiadas vacaciones, grandes y chicos experimenten una gran sensación de distensión: se interrumpen las luchas por llegar a tiempo al trabajo y a la escuela, por tener siempre todo listo, por estar acicalados y de punta en blanco, por las compras a último momento. Es el tiempo de vaciar las tensiones, de vaciarse de la rutina; pero ese vacío a veces genera temores y angustias. Sobre todo en los adultos, a los que el no hacer nada pone en contacto directo con conflictos existenciales que a menudo los quehaceres diarios mantienen tapados. Pero sin duda, alejarse de la vorágine, de las obligaciones y de las exigencias habituales en el año es saludable y necesario: "Lo primero que cambia en este periodo son los horarios de la casa -apunta la licenciada Mónica Cruppi, psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA)-. Hay una mayor flexibilidad. Hay que dejar que los chicos descansen, sobre todos los primeros días de vacaciones pero evitando que se desvelen y que se desregule el sueño." Los chicos tienen tres meses libres de obligaciones, pero para muchos padres esto genera un sinfín de complicaciones, ya que ellos no siempre disponen de ese tiempo. "Generalmente -dice-, por cuestiones laborales de los adultos, necesitan que alguien los cuide. A esto se le agrega una infinidad de reclamos de los chicos y las temidas frases ´Estoy aburrido´, ´Comprame?´ o ´¿Y ahora qué hacemos??´" El consumo como pastilla Es entonces cuando muchos padres se angustian, comienzan a ponerse ansiosos y caen bajo las redes del consumismo, gastando un dinero que no pensaban, cosa que no hace sino incrementar su malestar. No ven la hora de que empiecen otra vez las clases de sus hijos, y comienzan a jugar las sensaciones de culpa por querer "sacarse a los chicos de encima". Para los chicos, en cambio, las vacaciones son casi invariablemente un sinónimo de diversión. "Algo fundamental para que los padres se alivien es tener un poco de tiempo para organizarlos en sus actividades", remarca la psicoanalista. "En principio hay que comprender y hacerles entender que las vacaciones implican un receso en las responsabilidades, un descanso -aconseja Cruppi-. No son para llenarse de otras actividades o continuar con la agenda completa u otras exigencias que a corto plazo producen mucho malestar familiar." Organizarse y jugar Es importante que desde temprana edad se les enseñe a organizar ese tiempo: "Lo que más le interesa a un niño de cualquier edad es jugar y experimentar el mundo, porque jugar es una actividad sumamente placentera. En el juego -explica la psicóloga- el niño crea su mundo propio y también reordena las cosas de su universo en una nueva forma que le agrade." El juego transcurre en un mundo intermedio que no es exactamente ni interno ni externo. Esto les ayuda a los pequeños a generar su propio espacio de intimidad y dejan de fastidiarse. Las colonias de verano, ofrecen un espacio lúdico y de socialización diferente de la escuela y la familia. "También ayudan a incorporar horarios, actividades, tareas, y ofrecen un entorno novedoso para el niño", explica. De todos modos, siempre hay que contar con la aprobación del pequeño respetando sus necesidades emocionales. | ||
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