NEUQUÉN (AN).- Antes de que se alcanzara el acuerdo entre provincia y municipio sobre el reparto de agua, el intendente Martín Farizano y el subsecretario de Servicios Urbanos, Julián Villar, habían cuestionado duro al rol del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) en la crisis hídrica.
Farizano retornó ayer a sus funciones, y fue Villar el encargado de señalar las diferencias con el organismo provincial.
"Mientras el EPAS hace reuniones para ver cómo atacar el problema, nosotros estamos en las calles repartiendo agua", dijo el subsecretario. Precisó que "los únicos que estamos entregando agua a las familias afectadas somos nosotros" y destacó que "el servicio de agua no es en realidad un problema nuestro pero trabajamos para ayudar a los vecinos".
El jefe comunal advirtió que "el EPAS está atrasado en la contratación de camiones" y remarcó que "cuando se creó el comité de emergencia se suponía que era por la crisis y ya lleva tres años".
Mientras Farizano destacó que "estamos haciendo tendido del servicio en varios puntos de la ciudad", Villar enfatizó que "la realidad es que el EPAS no tiene camiones, no tiene presupuesto, prometió públicamente que este verano no iban a haber problemas y para nosotros estamos peor que el año pasado".
Al respecto el funcionario indicó que "con nueve camiones cisterna estamos entregando 550.000 litros de agua potable por día, que son 150.000 más de los que habitualmente entregamos a los sectores que no tienen red domiciliaria".
Las críticas al EPAS también llegaron por parte de la concejala por Libres del Sur, Mercedes Lamarca, quien tildó de "caradura" al titular del organismo Nelson Damiani por responsabilizar por la falta de agua a las familias que tienen piletas de lona.