SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Pese a la crisis económica y los temidos posibles efectos de la gripe A los empresarios del turismo estudiantil indicaron que 2009 fue un año aceptable y lo que en junio amenazaba con ser una catástrofe pudo superarse y la afluencia de egresados fue levemente superior al 2008.
Un dato muy importante es que durante el año no hubo desmanes entre los jóvenes y las borracheras y peleas que solían ocupar las primeras planas de los diarios parecen ser anécdotas del pasado.
Tres son las razones principales de este importante cambio, consolidado en el 2009 pero gestado hace ya cinco años. En primer lugar todos los visitantes suscriben un "código de convivencia", que firman inclusive sus padres, el cual fija reglas para la estadía en la ciudad y severos castigos para los infractores. Por ejemplo, si un joven produce grandes desmanes todo el curso es expulsado de la ciudad. Por ello, son los jóvenes quienes más controlan a los potenciales revoltosos. También se extremaron las medidas para evitar el consumo de alcohol y los horarios en las discotecas, lo cual fue fundamental para mejorar el comportamiento. "Hoy los chicos se divierten mucho más y se emborrachan mucho menos", aseguran los empresarios.
Paralelamente, a mediados del año pasado, tres de las cinco discotecas que operan con turismo estudiantil certificaron las normas de calidad ISO 9001 / 2000 y de seguridad y salud ocupacional OSHAS 18000 / 2007, implementado un sistema integrado, con una política comercial y de recursos humanos única en el sector. Las discotecas By Pass, Cerebro y Roket forman parte del grupo Alliance SRL, que emplea a más de 200 personas y si bien la empresa disminuyó su facturación con respecto al 2008, evaluaron la temporada como aceptable.
Además del público argentino los empresarios del turismo estudiantil comenzaron a traer egresados de otros países sudamericanos. La mayor afluencia es de Brasil, Chile y Uruguay pero también hay pasajeros de Paraguay, Perú, Bolivia y Venezuela.
Según pudo averiguar este diario en el 2009 viajaron a esta ciudad alrededor de 112.000 egresados.
Los estudiantes concurren a las discotecas en micros e ingresan entre las 23.30 y medianoche. De esta manera, después de la cena, los jóvenes se preparan para ir a bailar y no deben esperar en el hotel hasta las 2 o 3 de la mañana, lapso en el cual muchos se emborrachaban. La entrada incluye una bebida sin alcohol y si bien se venden bebidas para los mayores de 18 años, los precios son bastante elevados, lo cual limita su compra.
En las discotecas de Bariloche no hay patovicas, sí policías de civil entrenados para contener a los jóvenes. Asimismo hay un registro con la identidad, el grupo y el hotel donde se aloja cada chico que ingresa en la disco. Los padres y acompañantes mayores de cada grupo disponen de áreas especiales que facilitan el seguimiento de los mismos, sin interferir en la diversión.
Las medidas de seguridad y las salidas de emergencia son informadas al inicio de la noche, en una proyección multimedia en pantalla gigante. Todas las discos tienen asimismo enfermería y personal médico y todos los jóvenes disponen de una cobertura médica adicional (que presta una empresa privada) durante su estadía en la ciudad. A más tardar a las 5.30 los grupos regresan a sus hoteles, nuevamente en micros.
Al trabajar las cinco discotecas en forma coordinada se evitan las aglomeraciones y los jóvenes se reparten de manera que ninguna supere su límite de asistentes. Además de tener todas excelente tecnología en sonido e iluminación tienen en los decorados materiales que no pueden prenderse fuego. Ante una emergencia, todas permiten ser evacuadas en pocos minutos.