Puerto Varas concentra una gran oferta de turismo de aventura y en la última década fue escenario de importantes inversiones para mejorar la hotelería y los servicios al aire libre.

En el 2009 abrieron sus puertas tres hoteles 5 estrellas, por lo cual la oferta en este segmento ya supera las 500 camas con vista al lago Llanquihue. Dispone asimismo de unas 600 camas categoría 4 estrellas y otras 2000 en categorías inferiores.

La región de Llanquihue fue visitada durante el 2009 por unos 380.000 turistas, muchos de ellos provenientes del hemisferio norte. El Cruce Andino constituye una puerta de ingreso para la Patagonia Argentina y desde Bariloche los visitantes bajan hacia Puerto Madryn, El Calafate y Ushuaia o bien continúan viaje a Buenos Aires, para visitar Iguazú, para retornar luego a Europa.

La masiva presencia de extranjeros hace que todo el servicio en el cruce sea bilingüe (español e inglés) y también es común ver guías explicando detalles en otros idiomas.

Peulla es una pequeña aldea que según sus lugareños "no tiene ley ni Dios", ya que no dispone de iglesia y el destacamento policial más cercano se ubica a 16 kilómetros. No obstante cuenta con dos hoteles, el Peulla (70 habitaciones), construido en 1896 y Natura (45 habitaciones), habilitado en el 2006. Ambos están abiertos durante todo el año, con servicios de alojamiento y gastronomía.

Entre las actividades más destacadas cabe mencionar las cabalgatas por el fundo Rigi (u$s 40 por persona), el canopy (u$s 35), paseos por el río en jet boat ( u$s 70.-), excursiones en 4x4 (u$s 30) o actividad en kayak (u$s 50). Todas se realizan en compañía de guías especializados.

También se puede emprender un trekking hacia la zona del volcán Tronador, en dirección al mirador del Righi-Rudi Roth (por un día) o bien el ascenso al cerro Techado, una excursión que se ve magnífica, y que demanda dos días en compañía de los guías del lugar.

Otra opción es disfrutar de las comodidades del hotel Natura, con servicios categoría 4 estrellas: sauna, sala de masajes y salón de juegos, un magnífico restaurante con vista a la naturaleza y un bar ambientado con madera y piedra volcánica.

Además hay dos salones para reuniones y para los huéspedes que no pueden "aislarse del mundo", el establecimiento cuenta con servicio wi-fi.

En el fundo Rigi hay un variado criadero de animales de granja, que puede visitarse, y también podrán probarse algunos de los chanchos, jabatos y jabalíes que allí se crían, asados por la mano maestra de Esteban Sánchez, un lugareño, que explica con orgullo ser la cuarta generación que trabaja para la empresa trasandina que opera hace más de un siglo en el lugar. (AB)