Lunes 11 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 25 > Sociedad
Un viaje con contrastes

El Cruce Andino permite disfrutar de las bellezas naturales, la gastronomía y los servicios guiados; pero también constatar las diferencias entre la política turística que impera en ambos lados de la cordillera.

"Los dos empresas operadoras son privadas; pero mientras en Chile las reglas, los derechos y obligaciones son muy claros, en Argentina constituyen materia opinable", explicó uno de los guías que habitualmente realiza este tour. Dijo que históricamente las concesiones del Parque Nacional Nahuel Huapi fueron materia de conflicto entre los privados y el Estado, lo cual en otras regiones es "inimaginable".

El guía citó dos simples ejemplos. En la zona de Blest y Frías todos los muelles y puertos son de madera, lo cual demanda reparaciones periódicas y generalmente lucen en mal estado. Las reparaciones dependen del Estado, que en general las realiza tarde y mal. En Chile la mayoría son de metal y el mantenimiento es responsabilidad de la empresa operadora. En el lago Frías las instalaciones de Parques Nacionales están abandonadas hace años. Del otro lado todo lo que es estatal luce en buen estado. En Frías el cable que provee de energía a las dependencias de Gendarmería Nacional se "tiró" a la vera del camino y hace años espera ser enterrado.

En Peulla el viejo hotel continúa en funcionamiento pero junto a él se construyó un moderno 4 estrellas. En puerto Blest la vieja hostería está cerrada y desmantelada. El actual concesionario (Turisur SRL) tiene una concesión precaria, que expiraría en menos de un año, lo cual le impide planificar a futuro y tampoco invertir. Los antecedentes para las licitaciones de Parques en el Nahuel Huapi son muy negativas, pues generalmente no cumplen sus objetivos y muchas ni siquiera llegan a materializarse.

La última vez que se intentó concesionar los servicios (licitación 01/2007) ocurrieron tantos "contratiempos" que ameritarían un lugarcito en el libro de los Guinness. Por ello, cuando a los empresarios trasandinos se los consulta como ven el futuro del lago argentino suelen "tomarse la cabeza". Ajeno a ello, el paisaje en ambos lados de la cordillera es un verdadero paraíso natural.

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