El atacante suicida que mató a seis agentes de los servicios secretos estadounidenses (CIA) y a un jordano la semana pasada grabó un video difundido ayer en el que sostuvo que realizaría el atentado en venganza a la muerte de un líder talibán.
La película en la que el jordano Hammam Khalil Abu Mulal al Balawi aseguraba que quería vengar la muerte de Beitullah Mehsud fue emitida por la cadena de noticias árabe Al Jazeera.
El 30 de diciembre, Al Balawi se reunió con seis agentes de alto rango de la CIA para explicarles cómo llegar a la cúpula de la red islamista Al Qaeda, sindicada como la autora de los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono el 11-9. Una vez dentro de la base Chapman en la provincia oriental afgana de Jost, el doble agente, con quien la CIA tenía relación desde hacía un año, detonó un cinturón lleno de explosivos y mató a sus interlocutores.
En el video, grabado poco antes del atentado, el terrorista jordano aparece sentado junto al sucesor de Mehsud al frente de los talibanes paquistaníes, Hakimullah Mehsud, señaló la edición digital del diario español El País.
Beitullah fue muerto en agosto pasado en un ataque de un avión no tripulado estadounidense en la montañosa frontera entre Pakistán y Afganistán.
Al Qaeda ya había dado el motivo del atentado suicida en un video colgado en internet hace dos días.
En los días posteriores al atentado, han empezado a conocerse poco a poco detalles sobre las vidas de las víctimas (cinco hombres y dos mujeres, entre ellos dos contratistas de la empresa conocida como Blackwater), a pesar de la naturaleza secreta de su trabajo. Sus muertes han sido un mazazo importante para el organismo, y han mutilado a un equipo encargado de recopilar información sobre las redes de militantes en Afganistán y Pakistán, y de planear misiones para matar a los máximos dirigentes de Al Qaeda. Y en lo que constituye un signo de cómo el bastión de la CIA, antes dominado por los hombres, ha cambiado en los últimos años, el atentado ha revelado que una mujer había estado a cargo de la Base de Operaciones Chapman, en Khost.
El jefe de operaciones de Al Qaeda en Afganistán publicó ayer una declaración elogiando el trabajo del terrorista, el doble agente jordano Hammam Khalil Abu Mulal al Balawi, y señaló que el atentado fue una venganza por los asesinatos de una serie de importantes líderes de militantes en los ataques con aviones no tripulados de la CIA. "Detonó su magnífico, asombroso y bien diseñado dispositivo explosivo, que no llegaron a ver los ojos de aquellos que no creen en el más allá", dijo el dirigente de Al Qaeda, Mustafá Abu al-Yazid. (AFP/El País)