Enero asentó la siempre aludida pachorra política e institucional. Vino con las evasiones veraniegas de funcionarios y el provisorio sosiego que concedió el préstamo bancario por 200 millones.
El desierto de los despachos sedó cualquier conflicto interno. El mundo soñado del gobernador Saiz.
El descanso concluirá y el mundo real volverá al espacio gubernamental. Los servicios siguen igual de defectuosos. No saben de recesos.
A Viedma quedó limitado el diario político. Hay apuros. El primer comicio del 2010 será en la capital provincial, el 11 de abril, cuando se elijan convencionales constituyentes. Luego figurará el cronograma electoral de las comisiones de Fomento.
El gobierno provincial no cumplió aún con la reglamentación de la ley que dispuso la elección de los comisionados. Su redacción aclarará que los candidatos representarán a partidos políticos, desechando un modelo más flexible en las postulaciones. La potestad en las convocatorias persiste en el Poder Ejecutivo. El oficialismo planteará su maniobra en la determinación de uno o varios turnos, escogiendo cuidadosamente cada paraje y localidad. Usará tiempos y escenarios en su provecho.
En cambio, la elección de Viedma disgrega su eventual impacto provincial. Todo concurre a la "no confrontación política". La apariencia se extrema tanto que podría darse una lista única. Se funda inicialmente en la ocasional coincidencia de los radicales. ¿Un logro de convivencia? No. Hay una razón excluyente para ese destino común en la oposición interna y externa: la supremacía del intendente Jorge Ferreira. Hasta el PJ parece dispuesto a esa concesión partidaria e igual licencia ofrecerán los "orgánicos" radicales. El socialismo y el ARI tienen más vacilaciones. El diseño que Ferreira ideó es una lista que encabeza, otorgando cuatro lugares a radicales (que intentan repartir entre más cantidad de grupos internos), dos al PJ y uno a cada de las otras fuerzas, el PPR, el ARI y el socialismo. Falta todavía para sellar ese convenio que traduzca la elección en un plano "sin vencedores ni vencidos".
Ferreira igual no cederá su crédito territorial. Promoverá ese logro de coincidencias partidarias y lanzará que el cambio a la Carta Orgánica añada limitaciones a las reelecciones, que hoy no tiene. Estos postulados no son irrebatibles pero servirán para diferenciarse de las especulaciones trasnochadas que persisten en la Casa de Gobierno.
Saiz reivindicó que el 2010 será el año de la reforma constitucional. Alumbró el primer día y su grupo Residencia reivindicó ese plan con una solicitada de respaldo. La adhesión fue austera porque sólo registró seis legisladores. Se necesitan 28 votos para la aprobación de la ley de necesidad. Hasta un ministro -Pablo Verani- resistió esa posición. Lo llamó el secretario Aníbal Hernández. "No conozco de qué reforma me hablan", se desligó, fácilmente, el contador. Otros convidados -como las diputadas Graciela Grill y Gabriela Buyayisqui- se negaron también con poco esfuerzo frente a modestos interlocutores para semejante petición.
Adherentes o detractores se alinean por sus mudables valores de poder. La sociedad tiene una posición más auténtica. Sólo un tercio quiere la reforma, incluyendo un porcentaje que no cree que ahora sea la oportunidad. Otro tercio la rechaza y la otra cuota parte desconoce de lo que se habla. Esas evaluaciones se infieren de la última encuesta de Ricardo Vignone.
Ese sondeo es más convincente cuando se consulta si se votaría a Saiz por otro mandato. El 56% de los que lo votaron rechaza esa posibilidad, el 19% reafirma su adhesión y el 25% no sabe o no contesta. Bariloche y Roca prometen la mayor resistencia y la mejor adhesión se prevé en Viedma y Cipolletti.
En octubre otro relevamiento de Waldmann Tracking mantenía parecidas visiones. La reforma no tiene rechazos pero "no existe la menor idea de qué se trata". El apoyo existente refleja "un respaldo a la idea de modificar una provincia que no satisface". La reelección es rechazada, pero no se corresponde exclusivamente con Saiz sino con esos proyectos personales y dirigidos.
Esta desdicha se sabe en Casa de Gobierno. ¿Qué explica entonces que Saiz insista en su intento? Sostener -por ahora- el único elemento de custodia de su poder.
El derrumbe reformista generará otra alternativa: la precandidatura de César Barbeito. El ministro se entusiasma y la estructura de Educación conforma su plataforma. Por eso Barbeito se ilusiona con un rápido acuerdo con la Unter. Sabe que no hay planes válidos si el inicio escolar confronta con otro conflicto gremial. El ministro prometió el debate salarial en la última paritaria. Entusiasmó a la Unter y molestó a Hacienda. Barbeito avanzó con el conocimiento del gobernador.
La placidez estatal de enero se conecta con el pago de salarios. Son los beneficios del crédito de 200 millones que se firmará próximamente con los bancos Patagonia, Macro, La Pampa e Hipotecario. El interés rondará el 17% (en lo técnico, tasa Badlar más 6 puntos). El contrato planteará un único desembolso pero, en los hechos, pocos recursos quedarán en febrero del monto ya que el Patagonia adelantó gran parte de esos fondos a cuenta del préstamo.
Febrero se concentrará en la negociación con Nación para formalizar el Programa de Asistencia Financiera (PAF) y se buscarán nuevos convenios. Habrá que esperar que los recientes sucesos en los ámbitos financiero-bancarios de Nación no impacten en los cimientos de financiamientos tejidos por Río Negro.
Las carencias cotidianas del Estado se negaron al reposo público del inicio del 2010.
La internación de Luciana Pérez -de 2 años- reiteró la carencia del hospital Ramón Carrillo de Bariloche. El caso incluyó la intervención municipal, la actuación de la Iglesia y un acción judicial y, finalmente, su derivación al Sanatorio Güemes. El costo mayor convergió en las peripecias de la familia frente a diagnósticos contradictorios. Hay una histórica verdad irrevocable: la privación de equipamiento y especialistas. Esta situación conforma un añejo reclamo de los hospitalarios, que llegó en proyectos a la Legislatura. La arista Magdalena Odarda requirió en agosto pasado -sin éxito- que se reforzara la Unidad Intensiva Pediátrica, que mantiene "la misma cantidad de personal de hace 20 años". Nada se hizo.
En contraposición, la gestión provincial -sin planificación- se aferró a los créditos internacionales y endeudamientos para grandes infraestructuras. A muchas -como el hospital de Bariloche- aún no se logró equiparlas y están en desuso. Es la muestra de la sinrazón en la ejecución del gasto/inversión.
Brincan -sin destino- las dificultades de los servicios. La necesidad de cambios también salta de despacho en despacho, pero rebota ante la oposición del gobernador.
¿El desengaño reformista modificará esa tenacidad? Posiblemente.
ADRIAN PECOLLO
adrianpecollo@rionegro.com.ar