MÉXICO (AP).- El cadáver de Hugo Hernández, de 36 años, fue dejado en las calles de la ciudad de Los Mochis cortado en siete partes como una amenaza espeluznante a miembros del Cártel de Juárez.
Una nota decía: "Feliz Año porque es el último...´´ y, para rematar su mensaje, los atacantes desollaron el rostro de Hernández y lo cosieron a un balón de fútbol.
El macabro descubrimiento, confirmado el viernes por procuradores de justicia estatales de Sinaloa, representa un nuevo nivel de brutalidad en la guerra de las drogas en México, en la cual ocurren torturas y decapitaciones casi a diario. Hernández fue llevado a Sinaloa después de ser secuestrado el 2 de enero en el vecino estado de Sonora, en un área conocida por sus cultivos de marihuana, señaló Martín Robles, un vocero de la procuraduría de justicia sinaloense.
El motivo para su captura no estaba claro. Su torso fue encontrado en un contenedor de plástico en un sitio; en otro lugar, dentro de una caja estaban sus brazos, piernas y cráneo, indicó Robles. La cara de Hernández, cosida a un pelota de fútbol, fue dejada en una bolsa de plástico cerca de la presidencia municipal. Más de 15.000 personas han sido asesinadas desde que el presidente Felipe Calderón incrementó las medidas de fuerza contra los grupos de narcotraficantes hace tres años. Aunque gran parte de la violencia ha ocurrido en las poblaciones fronterizas de Ciudad Juárez (en el estado de Chihuahua) y Tijuana (Baja California), el estado de Sinaloa es el corazón del contrabando de drogas y lugar de nacimiento de los líderes de cuatro de los seis cárteles principales.
Frecuentemente, las víctimas son torturadas y mutiladas, en un intento por intimidar a los adversarios, funcionarios y otros que pudieran representar una amenaza a su negocio. Y a menudo obtienen los resultados que buscan.
En la norteña ciudad de Saltillo, estado de Coahuila, el principal diario regional anunció que dejará de cubrir información sobre la violencia relacionada con las drogas después de que el cadáver de un reportero fue encontrado el viernes afuera de un motel con un mensaje amenazador. Valentín Valdés había escrito recientemente sobre los arrestos de sospechosos de tráfico de drogas. "A partir de hoy, cero información relacionada al narcotráfico será publicada para evitar situaciones semejantes a las ocurridas el día de hoy´´, señaló a la AP un editor del periódico Zócalo, quien pidió que no se publicara su nombre por las mismas razones.
Muchos medios mexicanos han dejado de cubrir casos de drogas o se limitan a informar sobre comunicados de prensa del gobierno. Al menos 17 periodistas han muerto en el país desde 1992 en represalias por su trabajo, según el Comité para Proteger a los Periodistas, con sede en Nueva York. Valdés, de 28 años, había escrito sobre los arrestos de cinco presuntos miembros del cartel del Golfo, ocurridos el 29 de diciembre en el motel Marbella.
También cubrió las detenciones este miércoles de cinco personas más que irrumpieron en el hotel y se robaron los videos de vigilancia. El periodista murió a balazos y su cuerpo fue arrojado afuera del mismo motel. Según la procuraduría estatal de Coahuila, tenía una nota escrita a mano, que decía: "Esto les va a pasar a los que no entiendan, el mensaje es para todos´´. El poder de los cárteles ha crecido tanto que el viernes 60 policías de Tancitaro, en Michoacán, fueron despedidos por no haber frenado una ola de asesinatos y otros crímenes.