Es muy difícil, porque no alcanzan las palabras para definir a un ser humano noble.
Con esta palabra se podría llegar a definir a Remo. De cualquier forma, creo que no es suficiente.
Remo: fuiste un padre ejemplar siempre, y más aún cuando debiste afrontar solo el infortunio junto a tus cuatro hijas, Miriam, Cristina, Silvia y mi otra hija Alicia, que siempre te adoraron y acompañaron.
Tus hijas fueron formando sus familias con sus compañeros, nuestros hijos, que también fueron tus hijos. Te respetaron, te adoraron, te mimaron y vos siempre, con tu simpleza de vida, fuiste apoyando, solucionando y aconsejando a todos. Eran tu nueva familia que se fue agrandando; nacieron tus nietos, nuestros nietos también, donde corre la misma sangre de los once.
Hoy sufren porque no estás físicamente. Eso no importa. ¿Sabés por qué? Porque tu imagen está en todos lados, en una planta, en tu silla de trabajo, tus herramientas... En cualquier lugar estás, ésa es tu impronta.
Arreglabas relojes, que iban marcando el tiempo de la vida, cada minuto, cada hora, el tiempo de cada uno de nosotros. Y llegó tu tiempo. No pudiste arreglar el reloj de tu vida, fue el último que dejaste de reparar... No tuviste tiempo; el tiempo es fugitivo, la eternidad, no.
Por eso y mucho más, ¡estarás siempre presente! Estás feliz por nosotros, que te queremos, yo lo sé. Estamos todos muy tristes porque no podemos aceptar, como mortales que somos, que hoy no estás físicamente.
Un abrazo de Luis, Mirta Sánchez y toda tu familia.
Luis Raúl Sánchez
DNI 5.468.274 - Neuquén