El juez federal Norberto Oyarbide advirtió ayer, después del sobreseimiento con que favoreció al matrimonio Kirchner, que pueden pedirle "todos los juicios políticos que quieran" porque tiene "el cuero muy curtido" y no dicta sus fallos para "ganarse el cariño" de la gente ni debe moverse según "apetencias políticas".

"Tengo el cuero muy curtido, de mí han dicho de todo; pídanme todos los juicios políticos que quieran", desafió el juez que decretó que era legal el incremento del 158% que había mostrado la declaración jurada de bienes de la presidenta Cristina Fernández y su marido y antecesor, Néstor Kirchner, durante el ejercicio 2008.

Como la fiscalía no apeló y el juez rechazó que el abogado denunciante fuese querellante, la causa quedó formalmente cerrada. De esta manera, los Kirchner superaron la tercera causa en su contra que investigó su patrimonio.

Tras esta decisión, la oposición criticó fuertemente al juez Oyarbide y amenazó con denunciarlo en el Consejo de la Magistratura y llevarlo a juicio político por haber dictado la sentencia 24 horas después de recibir el informe que realizaron los peritos de la Corte Suprema (que habían sido cuestionados) y el perito de parte y contador de los Kirchner, Víctor Manzanares.

Ayer, al hablar por primera vez luego de que la causa quedó formalmente cerrada, Oyarbide volvió a defender la validez de su resolución. "Me ajusté al dictado del trabajo del cuerpo de peritos más prestigioso de todo el país, que es el de la Corte Suprema", dijo en una entrevista que dio a Radio 10. En rigor, la Corte había realizado una auditoría sobre el cuerpo de peritos contables que encabeza Alfredo Peralta, quien encabezó el informe sobre el patrimonio de los Kirchner, y hasta había anunciado una intervención que no efectivizó. Además, Peralta no fue separado del cuerpo. "Si los peritos estampan su firma, yo debo acatar porque solicité ese estudio", concluyó. (DyN)