El gobierno de Jorge Sapag apuesta de lleno a mantener la relación política con el gobierno nacional. Es más, en una de sus últimas apariciones mediáticas adelantó que Néstor Kirchner le había pedido marchar juntos en las elecciones del 2011. Si bien desde la conducción nacional del Partido Justicialista nadie sabía de lo que hablaba el mandatario neuquino, quedó en claro la total sumisión que tiene al proyecto nacional que hoy encarna el matrimonio presidencial.

Pero detrás de toda esta "puesta en escena", está el problema fiscal que acarrea la administración pública provincial. "Sería suicida cortar las negociaciones ´carnales´ que hoy mantiene el gobierno provincial con los K", aseguró esta semana una alta fuente de la administración Sapag al ser consultada por el tema. Las transferencias nacionales es lo que hoy le permite al gobernador sostener el pago de los salarios de la administración pública, salarios que incrementó en más de 1.500 millones de pesos en sólo dos años de gestión.

No caben dudas de que la Chihuido es parte importante de este problema fiscal.

Pero también Sapag necesita del gobierno nacional para poner en marcha Chihuido, una obra clave si quiere mantener su proyecto político para después del 2011. Es su nave insignia. Desde el inicio de su mandato está anunciando su ejecución.

Pero eso, en el lenguaje de los K, no es algo sencillo de obtener. Según pudo saber este diario, el gobierno nacional le aseguró a Sapag que "Chihuido sale, pero en los tiempos y las formas que ponemos nosotros". La presencia de EISA y CPC, a la luz de la opinión pública, sería parte de estas "formas".

JAVIER LOJO