Martes 05 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 35 > Deportes
Patrón y patroncito
Marcos y Alejandro Patronelli clavaron 1-2 en la clasificación general de quads. Hay cuarteto argentino en la punta, con Halpern -ganó la etapa- y Santamarina.

En la tercera etapa del Dakar 2010 sonó un cuarteto y fue bien argentino. Cuando los pilotos empezaron a arribar a la catamarqueña Fiambalá se hicieron cálculos y los cuatro primeros puestos de la categoría cuatriciclos fueron para "cascos" celestes y blancos.

El mendocino Sebastián Halpern (cuatri 255) llegó primero, seguido por Marcos (251) y Alejandro Patronelli (277), todos con Yamaha, y Jorge Santamarina (275) con Can-Am.

Halpern, quien realiza una carrera sorprendente, cubrió este tramo que partió desde La Rioja con un registro de 4 horas 13 minutos 24 segundos, seguido por Marcos Patronelli, a 2m8s; Alejandro Patronelli, a 7.27 y Santamarina, 9.20.

A partir de esta gran actuación, hubo modificación en la clasificación general y los Patronelli cumplieron con el sueño de ser 1-2 en el clásico rally.

Marcos, el hermano mayor, acumula 10.53.38, seguido por Alejandro, a 4.21 minutos; Halpern, a 10.12 y Santamarina, a 23.48, completan el cuartetazo criollo en esta edición del Dakar, que hoy cruzará a Chile y que se extenderá hasta el 17.

Más atrás están el español Juan Manuel González Corominas, el uruguayo Luis Henderson, y otro local, Bernardo Graue. Y décimo, aparece el piloto radicado en San Martín de los Andes, Pablo Copetti (ver aparte).

Después de este día histórico para los hermanos, Marcos afirmó que "fue una etapa muy dura; nos mataron, no hubo ni un segundo ni una larga recta para descansar. Para colmo, a los 30 kilómetros de largar, tuve problemas con el cubre navegación, que se me desprendió y tuve que parar a reparar".

Emocionado, el piloto de Las Flores agregó que "es una sorpresa que esté primero en la general y seguido por Ale; es una suerte y eso lo debemos agradecer a Dios y a todos los que nos ayudan".

Alejandro, en tanto, sostuvo que "esto es como me contaban el año pasado. Nunca viví algo tan duro, me duele todo el cuerpo. Hubo 200 kilómetros que fueron muy complicados, calentaba mucho el motor del cuatri con el viento a favor en las trepadas, por lo que había que parar y ponerlo contra el viento para refrigerarlo".

Añadió que "es una alegría a pesar del cansancio, el poder llegar y que todo haya salido bien. Esto es gracias a la gente que nos apoya: es una alegría que casi todos los argentinos están llegando bien".

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