Martes 05 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
ANÁLISIS: La herencia de Bush alcanza a Obama

La guerra antiterrorista ha alcanzado al presidente estadounidense: si Barack Obama pretendía en su primer año en el cargo ponerse al día con la herencia de la política de Bush, en estos momentos se encuentra prácticamente en su punto de partida.

Por primera vez, el presidente norteamericano debe reaccionar a un atentado terrorista -aunque fallido- contra su país. La "guerra contra el terrorismo" de su predecesor George W. Bush, es ahora también su guerra. Por primera vez Obama la llamó por su nombre en su último mensaje a los estadounidenses: la nación está "en guerra" contra una red ampliamente ramificada.

"Llevemos a cabo los cambios necesarios. Debatamos sobre cómo podemos proteger de la mejor forma posible el país que amamos", pidió el presidente, planteando una cuestión: ¿cómo?. Los republicanos se vieron confirmados en sus ideas y se sintieron exultantes. El ex vicepresidente estadounidense Dick Cheney había criticado continuamente a Obama de no reconocer que existía "una guerra contra el terrorismo" y hacer de su país un lugar más inseguro al dar marcha atrás a medidas tomadas por el gobierno de Bush por consideraciones a los derechos humanos. La guerra de Irak ha llegado casi a su fin, sin reducir por ello el peligro terrorista.

En Afganistán combaten más tropas estadounidenses que nunca y el conflicto se ha extendido fuera de sus fronteras, a Pakistán, sin que los estadounidenses hayan conseguido controlar a Al Qaeda. En lugar de ello, los intereses vuelven a concentrarse en Yemen y el círculo se cierra: en el país de origen de su padre, el jefe de Al Qaeda, Osama Ben Laden, halló ya refugio en los años 90 y forjó sus planes de atentar contra Occidente. Muchos de sus combatientes vienen de ese país.

Sin embargo, el gobierno yemení apenas apoya una intervención contra Al Qaeda. Según CNN, funcionarios yemeníes y estadounidenses delibera en estos momentos qué objetivos podrían ser apropiados para una represalia.

Además, el presidente Obama tiene un problema con vista a su promesa de cerrar el campo de prisineros de Guantánamo en Cuba. Allí quedan probablemente numerosos presos procedentes de Yemen, de los que se prevé en un futuro cercano que al menos seis regresen a su país. Un dilema sin respuestas por ahora. (DPA)

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