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"No es mala memoria, definitivamente la amnesia es sólo aparente" | ||
Se dice que los argentinos padecemos de mala memoria. Sin embargo, las circunstancias revelan que no es éste el problema sino que un sector mayoritario de nuestra sociedad ha estado casi de continuo mal informado sobre significativos acontecimientos de nuestra historia y, encima, éstos simpatizan con dirigentes y alcahuetes que simulan desconocer ciertos sucesos por pactos partidarios, fanatismo o conveniencia personal. Veamos dos ejemplos: 1) Cuando los innombrables jefes piqueteros K increparon a los productores del campo y a opositores por "golpistas", hubiera sido interesante que alguien les preguntara si verdaderamente desconocen que Juan Domingo Perón -con el grado de capitán- estuvo presente desde la primera a la última reunión conspirativa contra el gobierno de Hipólito Yrigoyen y luego intervino en el golpe militar del 6 de septiembre de 1930. Lo nefasto es que el motín, además de voltear el gobierno constitucional del viejo caudillo radical (que no se había robado ni un centavo), interrumpió casi 70 años de continuidad institucional e inauguró 5 décadas de más cuartelazos y dictaduras. (Más detalles en Marysa Navarro Gerassi, "Los Nacionalistas", Edit. Jorge Álvarez, pág. 180 y Felipe Pigna, "Los Mitos 3", Edit. Planeta Historia y Sociedad, págs. 180 a 182). Parece que tampoco se enteraron de que Perón conspiró y destituyó -junto a otros 16 oficiales del Ejército agrupados en el GOU- al presidente Ramón Castillo el 4 de junio de 1943 (ver Alberto Ciria, "Partidos y Poder en la Argentina Moderna", Hyspamérica, págs. 110 a 116 y 260). Como si fuera poco, fingen desconocer que, mientras Perón permaneció casi 18 años en el exilio, estuvo constantemente conspirando para "tornar ingobernable el país", "alentando las huelgas", "el trabajo a desgano", "la baja productividad", "el sabotaje", "la insurrección"... y hasta tuvo la osadía de remitir instrucciones para organizar una "guerra de guerrillas" (más información en Daniel James, "Resistencia e Integración", Siglo Veintiuno Editores, págs. 118 a 121). Incubación perfecta para el nacimiento del ERP y los Montoneros y, más tarde, la Triple A y la Guerra Sucia. Por lo tanto si el mismo fundador del justicialismo fue golpista desde el año 1930 hasta su regreso al país el 20 de junio de 1973, ¿no desentona (como recado a la chancha) que un justicialista incrimine a otros de golpistas? 2) Cuando el suscrito cursaba el secundario en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) en la década de 1950 -en pleno gobierno de Perón-, quienes deseaban informarse sobre los sucesos del país debían sintonizar CW35 radio Paysandú o Radio Colonia de la República Oriental del Uruguay (LT11 local estaba totalmente amenazada y amordazada). En la misma época y en el mismo punto geográfico, el diario "La Calle" tuvo algunas "advertencias" para que cerrara la boca, hasta que "los muchachos" se la cerraron por bastante tiempo con un poco de nafta y unos fósforos... Recordemos, de paso, lo que nos sucedió en la época del Mundial de Fútbol 78 (gobierno de facto), que merced a las noticias llegadas desde el exterior nos desayunamos de la existencia de cárceles clandestinas en nuestro país... (las primeras maldiciones no fueron dirigidas a los militares, sino a "París Match"). Y como era de esperarse -dadas las enseñanzas del fundador del justicialismo y la huella que le imprimió- nuevamente recrudece el rasgo autoritario y el resentimiento en la noche del viernes 6 de noviembre pasado, en los bloqueos a las salidas de la prensa no oficialista ("Clarín", "La Nación", "Perfil", "Noticias"). Nuevamente estamos "en tiempos de cólera para ejercer el periodismo", como dice Alfredo Leuco. En períodos en que, para enterarnos de lo que ocurre en Corrientes, Salta o Santiago del Estero, quizás debamos sintonizar radios extranjeras como en los inicios del "fascismo popular" o en tiempos de dictadura militar o de una guerra. Pensándolo bien, el problema no es tan grave, pues "no hay mal que dure 100 años" (ya van más de 60). Tampoco hay que dar demasiada importancia a que un sector del peronismo (el "anti-K") critique duramente la nueva ley de medios y exalte -hasta las lágrimas- la libertad de prensa. No es mala memoria, definitivamente la amnesia es sólo aparente. José Aníbal González, LE 5.806.370 - Zapala | ||
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