Al comenzar a escribir estas líneas, se me cruzan y entremezclan distintas sensaciones. Por un lado la bronca e impotencia y, por otro lado, la necesidad de desahogarme y compartir con alguien el descontento que siento, a mis 19 años, para con la sociedad en la que estamos viviendo.

En el transcurso del 2009 me tocó ser víctima de cuatro asaltos, el último, ocurrido el sábado 21 de noviembre pasado, a las 5:00, a media cuadra de mi casa. En este último episodio, una menor y un chico aparentemente mayor de edad me interceptaron a media cuadra de mi casa, amenazándome con un cuchillo y robándome todas mis pertenencias. El miedo y la impotencia fueron los sentimientos más fuertes que tuve, y que días después siguieron presentes en mí como si fuese ese maldito sábado.

Digo que siento miedo, porque ya no quiero salir a la calle. Siento una amenaza constante de que en cualquier momento me puede ocurrir algo similar o peor a lo que pasó. También digo que siento impotencia, porque lo que me robaron no me lo regaló nadie sino que fue fruto de mi trabajo, de levantarme todos los días a las ocho de la mañana y trabajar ,y aun si me lo hubiese regalado alguien, es mío, nadie tiene por qué venir a quitarme lo que no les pertenece.

Creo que este sentimiento de miedo a andar por la calle es generalizado, lo puedo ver reflejado en frases que tomaron protagonismo en nuestro vocabulario habitual, como "andá con cuidado" o "no andes sola por la calle".

Me parece que nosotros, quienes llevamos una vida honrada, con valores, y que nos esforzamos para tener lo poco o mucho que tenemos, ya sea trabajando o estudiando, no nos merecemos andar por la calle con miedo de que nos peguen un tiro o "nos liguemos un facazo" (como me amenazaron a mí) por un atado de cigarrillos o un celular. ¿Será que ahora nosotros somos los presos en nuestras casas y ellos son los "guardiacárceles"?

No quisiera que mi reflexión suene oligárquica, ni mucho menos se interprete como proveniente de una persona que pertenece a la "cavernícola derecha argentina". Digo esto, haciendo referencia a las palabras del señor (si se lo puede llamar así) Luis D´Elía, que en sus palabras deja entrever que todos los que pensamos distinto a él, y al gobierno, somos golpistas. ¿Pero cómo? ¿Eso no lo hacían los militares?

Yo tengo 19 años y muchas ganas de cambiar las cosas, aunque sea desde mi humilde lugar. Ya no quiero sentir más miedo de volverme sola de la facultad. Quiero estar tranquila, caminar por la calle libre, sin tener que mirar para todos lados desconfiando de todo el mundo.

Ojalá entre todos podamos lograr una sociedad más segura, donde estén tras las rejas quienes verdaderamente tienen que estarlo.

Macarena Iglesias

DNI 35.178.604

Cipolletti